Leo Messi, capitán del Barcelona, se mostró satisfecho por la actuación ante el Alavés en Mendizorroza y aseguró que tras hacer "autocrítica" dentro del vestuario ya "no hay nada más que hablar, sino demostrar" que el equipo ha dado el "cambio" y que puede afrontar con garantías en agosto la vuelta de los octavos de la Liga de Campeones ante el Nápoles y la hipotética fase final de Lisboa.
"Esta vez se vio otra cosa. Era un partido difícil de jugar por la situación en la que nos encontrábamos, por el último partido, por la hora, por el calor. El equipo respondió de otra manera a nivel de actitud, de compromiso. Creo que es un paso importante para lo que viene que va a ser muy complicado y muy importante para nosotros", comentó en Movistar LaLiga.
El argentino aseguró que en estos días pasados hicieron "lo principal", "que es hacer autocrítica de puertas adentro, como tiene que ser". "Nos dimos cuenta de un montón de cosas. Lo primero es que no hicimos una gran temporada a nivel de juego y de resultados por lo que se vio. Hoy dimos un paso importante a nivel de actitud, de compromiso, que es lo primero que hay que tener siempre. Después pueden salir las cosas o no, pero en ganas no nos puede ganar ningún equipo. Tenemos que salir con las mismas que cualquiera o incluso más y después el juego va a llegar consecuencia de eso", manifestó.
Messi tiene claro que el conjunto azulgrana necesita "un poquito de tranquilidad, este parón y limpiar la cabeza y volver con más ganas de nunca". "Dijimos lo que teníamos que decir", insistió, "hicimos autocrítica y ahora a estabilizarnos y trabajar y dar lo mejor. Ya no hay nada más que hablar sino demostrar que dimos el cambio".
En cuanto a su séptima corona como máximo goleador de la liga española, algo que nadie ha conseguido, Messi declaró que para él "los premios y objetivos individuales son secundarios". "Es verdad que es una marca muy importante por lo significativo, pero me hubiese gustado acompañarlo con la Liga como en otras ocasiones", apostilló.