En su primer informe sobre la actualidad del país, el organismo internacional pronosticó que las nuevas políticas económicas argentinas tendrán un costo de corto plazo en su aplicación. Así, el FMI pronosticó que la economía argentina presente una caída del 1,8% este año y un crecimiento del 2,7% el próximo. Con respecto a la inflación, se prevé que alcance el 23,2%, mientras que el calculo del Gobierno es del 17%.
De este modo, pronosticó un retroceso un poco mayor del que había apuntado en abril pasado (1%). La razón para esa corrección reside, entre otras causas, en la transición política que vive el país. También apunta la caída del precio de las materias primas.
Las cifras fueron publicadas en su informe sobre las Perspectivas Económicas Mundiales, que da inicio a los informes previos a la asamblea anual del organismo multilateral en Washington.
Además, el relevo sostiene que la mayoría de economías regionales que basan su actividad en la exportación de materias primas sufrirán retrocesos y desacaleración. Apunta especialmente al caso de Brasil y de México, aunque los pronósticos son especialmente graves para Venezuela.