El exrepresentante de la Argentina ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), Héctor Torres, reconoció que la negociación que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán, para reestructurar la deuda con acreedores externos "está en una fase final", aunque advirtió que la extensión de los plazos "corre a favor" de los bonistas.
El especialista en derecho internacional económico analizó, en una entrevista con Vía País, el estado de situación y las diferencias con el grupo Ad Hoc, entre los que se encuentran los fondos Blacrock y Ashmore, quienes, según afirmó el ministro Guzmán, exigen "términos legales que son imposibles de cumplir".
La entrevista completa
- ¿En qué situación se encuentran las negociaciones de la deuda que encaró la Argentina con los acreedores externos?
HT: "Estamos en la fase final. Seguir estirando los plazos nos sale muy caro ya que siguen corriendo los intereses originalmente acordados en los créditos que se quieren reestructurar. El tiempo corre a favor de los acreedores".
- ¿Cómo observas el camino recorrido hasta ahora?
HT: "Es un camino extraño. Normalmente se empieza por diseñar un programa económico que pueda contar con el apoyo de empresarios, trabajadores, gobernadores y fuerzas políticas listas para acompañar al gobierno. En ese programa se define el esfuerzo fiscal consistente con las metas de crecimiento, exportación, empleo, etc. Una vez hecho esto, se busca el apoyo financiero del FMI, que es el acreedor principal y privilegiado (el primero en la fila para cobrar). Hoy tenemos la ventaja que el FMI ha mostrado muy buena voluntad. El tercer y último paso es normalmente la reestructuración de la deuda con los acreedores privados. Un acuerdo que está delimitado por el sobre fiscal definido en el programa y el financiamiento del FMI. El ministro Guzmán decidió empezar por el final. En nuestro caso, es la negociación con los acreedores la que va a "marcar la cancha" sobre la cual habrá que elaborar un programa económico. Naturalmente, al negociar sin programa, sin acuerdo con el FMI y con una pandemia que no se sabe qué es lo que va a dejar en pie, la incertidumbre es enorme y dónde hay incertidumbre los acreedores leen "riesgo". Creo que eso está dificultando las cosas y poniendo el acento sobre las cláusulas legales que podrían regular un hipotético próximo default".
- ¿El ministro Guzmán reconoció que existen "grandes diferencias legales" con los bonistas que integran el grupo Ad Hoc. ¿Cuáles son y en qué consisten?
HT: Una de las diferencias es la intención de aplicarle a los bonos 2005 una cláusula de acción colectiva más reciente y que fue recomendada tanto por el FMI como por el G20. Guzmán correctamente quiere incluir estas cláusulas de acción colectiva más recientes, ya que disminuyen las posibilidades de que fondos buitres puedan extorsionar al país que necesite reestructurar su deuda. Otra diferencia, es que Guzmán quiere tener la libertad de excluir algunas series de bonos, después de conocido el resultado de la aceptación de la oferta. Esto ha irritado mucho a los acreedores, que lo ven como un tema de "mala fe". Es como si se pudiera evitar un penal reduciendo el área después de haber hecho un foul. Finalmente, está lo que se conoce como la estrategia de "Pac-Man", que le permitiría al gobierno mejorar la oferta para los bonos reestructurados e ir incorporando a la votación series de bonos no reestructurados en forma individual. Eso facilitaría "armar" mayorías como para forzar a los que no aceptaron la oferta original. La Pac-man y la idea de poder excluir series de bonos después de la votación (rediseñar el área de gol) empantanó unas negociaciones que son de por sí muy difíciles.
- ¿Qué mecanismos tiene la Argentina para tratar de avanzar con la negociación sin dar lugar a esos pedidos?
HT: "Si Guzmán insiste en mantener las cláusulas legales cuestionadas, el único 'mecanismo' que veo es pagarles más a los acreedores".