La caligrafía de los médicos suele ser ilegible. Los farmacéuticos son expertos en descifrar esos jeroglíficos pero aun así generan inconvenientes administrativos que entorpecen el objetivo: que el paciente disponga de sus medicamentos. Además, las recetas de papel pueden ser falsificadas y prescriptas por personas que no son profesionales de la salud o que, aunque lo sean, estén con su matrícula vencida. A su vez, la pandemia, y las medidas de distanciamiento social, no permiten la aglomeración de personas; tampoco en las clínicas ni consultorios privados. Por todo esto, en Diputados avanzaron este lunes en la creación por ley de la receta digital.
El proyecto obtuvo dictamen por unanimidad en la comisión de Salud y Acción Social, que preside el tucumano Pablo Yedlin (Frente de Todos), y reúne los aportes de varios diputados nacionales.
La iniciativa, que podría obtener la media sanción de la Cámara de Diputados este miércoles, establecer "que la prescripción y dispensación de medicamentos, y toda otra prescripción, pueden ser redactadas y firmadas a través de recetas electrónicas o digitales, en todo el territorio nacional" y que "pueden utilizarse plataformas de teleasistencia en salud, en todo el territorio nacional".
La ley será de aplicación "para toda receta o prescripción médica, odontológica o de otros profesionales sanitarios legalmente facultados a prescribir, en los respectivos ámbitos de asistencia sanitaria y atención farmacéutica pública y privada".
La propuesta establece además que se debe "contemplar el cumplimiento de todas las normativas vigentes que regulan toda la cadena de comercialización de medicamentos incluyendo los requisitos de trazabilidad de estos y de la firma manuscrita, electrónica o digital".
"También debe contemplarse la emisión de constancia de teleasistencia, prescripción y dispensación para los pacientes, por vía informatizada o impresión de dicha constancia y la posibilidad de bloqueo por el farmacéutico cuando exista error manifiesto en la prescripción, para que el prescriptor pueda revisar, anular o reactivar según el caso", dice.
El proyecto modifica las leyes 17.132, de 1967, sobre el Arte de curar; la 17.565, del mismo año, sobre Farmacias; la 23.277, de 1985, sobre el Ejercicio profesional de la psicología; la 17.818, de 1968, de Estupefacientes, y la 19.303, de 1971, sobre fabricación, comercialización, circulación y uso de drogas.
Una vez sancionada la ley dictaminada este lunes en Diputados, los medicamentos prescriptos en recetas electrónicas o digitales deben ser dispensados en cualquier farmacia del territorio nacional, servicios de farmacia de establecimientos de salud y establecimientos del sector salud habilitados para tal fin, acorde a las disposiciones vigentes.
El presidente de la comisión de Salud, Yedlin, dijo al inicio del debate del proyecto, realizado de manera virtual, que esta iniciativa había surgido "mucho antes de la epidemia" de Covid-19, la enfermedad respiratoria que ocasiona el coronavirus SARS-CoV-2, y que el 11 de marzo pasado fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud.
"La prescripción de puño y letra es hoy una obligación por ley; esto permitirá que esta tarea de los profesionales de la salud se pueda llevar a cabo de manera digital", destacó Yedlin, de profesión médico y exministro de Salud de la Provincia de Tucumán.
“La prescripción que pueda hacerse a través de medios electrónicos es un paso fundamental. No solo por la agilidad sino también por la seguridad que va a dar para poder también hacer estudios y seguimiento sobre cómo se están utilizando los medicamentos; se abre todo un panorama para poder estudiar cómo se utilizan esos medicamentos en Argentina, además de resolver la acuciante situación que viven miles de argentinos por estar los consultorios cerrados y no tienen su receta”, dijo durante la reunión de la comisión la diputada radical por Mendoza Claudia Najul.
Señaló que en relación con la "la teleasistencia, había un vacío legal y ahora se está dando un marco para que se pueda hacer por esta modalidad la primera visita”.
El radical cordobés Diego Mestre, por su parte, dijo que “la Covid-19 modificó nuestra vidas, disminuyendo al extremo la posibilidad del contacto humano" y que "por eso es tan importante en estos momentos avanzar en esta forma de prescripción de fármacos".
"Ya en 2017 la OMS instaba a los países del mundo a reducir daños causados sobre todo por errores a la hora de la prescripción. Y esos errores ponen una presión muy grande sobre los presupuestos de salud de los países. Prevenir esos errores salva vidas y ahorra dineros. 42.000 millones de dólares es el costo estimado en todo el mundo a causa de esos errores”, indicó el legislador de Juntos por el Cambio.
Sostuvo, además, que "en otros países del mundo ya está implementado y funciona muy bien, como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá".