El coronavirus avanza aceleradamente en el mundo. En Sudamérica, Ecuador es uno de los países más golpeados por la pandemia y el epicentro de los contagios está en Guayaquil, donde la gente vive entre sus muertos.
En Guayaquil, una ciudad de 2,6 millones de habitantes, los hospitales rechazan a los pacientes y los cuerpos se quedan por días en las casas en medio de una crisis completa de su sistema de salud por el virus.
Hasta el jueves, el gobierno informó unos 120 muertes y 3.163 contagios en todo el país. Sin embargo, hay muchas más personas fallecidas sin que se les hubiera hecho la prueba. Tal es el caso de Daniel Larrea, que su cadaver permanece inerte en la sala de su casa desde el lunes.
Guayaquil "está experimentando lo que esperamos ver en todos los países, una curva ascendente de los casos acompañado de la mortalidad asociado a él, en este caso los grupos más vulnerables", dijo a AP Gina Watson, representante de la Organización Panamericana de la Salud en Ecuador, aunque aseguró que no es un comportamiento "anormal" del virus.
Medios ecuatorianos mostraron esta semana escenas del drama que se vive en Guayaquil: cadáveres abandonados en las calles apenas cubiertos con plásticos o sábanas y largas filas de personas frente a hospitales y cementerios a la espera de saber el destino final de sus muertos.
La mayoría de las funerarias, que además de retirar cadáveres de casas y hospitales se encargan de los trámites legales y el entierro o cremación, suspendieron actividades ante el temor de que sus empleados se contagien del coronavirus.
En un intento de enfrentar la situación en Guayaquil, el gobierno busca tanto simplificar los trámites médicos y legales como que la policía, bomberos y fuerzas armadas ayuden a recoger los cuerpos de los fallecidos.