Llega la hora de la vuelta al colegio y tanto padres como madres tienen la necesidad de surtirse de útiles escolares. Uno de los elementos más importantes a tener en cuenta es la mochila. Allí los chicos cargarán durante el año el peso de todo lo que deban llevar a la escuela sobre sus espaldas. Los expertos aconsejan reflexionar sobre qué modelo es el más adecuado para trasladar el material con el objetivo de evitar que los niños tengan dolor de espalda
Ignacio Martínez, traumatólogo infantil y cirujano en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, señala que, "aunque por consenso se ha aprobado que el peso de las mochilas que portan los niños y las niñas al cole debe representar el 10% de su peso, este puede oscilar en un 15% en niños y un 10% en niñas. Se trata de un 10% con matices, ligado a la constitución del niño o la niña, ya que puede haber niños o niñas que sean un poco más anchos de cintura escapular y, por lo tanto, pueden soportar un peso un poco mayor".
Un peso excesivo puede ocasionar problemas en la salud en los chicos, como deformaciones en la columna, malas posturas al caminar y otros trastornos del sistema músculo esquelético. Lo ideal es regular la carga haciendo foco en llevar sólo lo indispensable. Otra opción es cambiar las mochilas con tiras por las mochilas con ruedas que reducen las consecuencias a largo plazo.
Uno de los problemas de salud más comunes en la espalda de los jóvenes es la escoliosis, que es la alteración en la forma de la columna.
"El crecimiento alterado de la columna puede traer severas consecuencias. Lo típico de estas escoliosis es que no tengan dolor, por lo que se detectan prestando atención a la postura y la forma de desarrollo de los adolescentes. Si los padres o maestros observan que un chico tiene, por ejemplo, un hombro más alto que el otro o permanece con posturas alteradas es tiempo de consultar al traumatólogo", sostiene Andrés Ferrero, jefe del Programa de Escoliosis del Hospital de Clínicas.
Debido a todas estas causas, lo recomendable es elegir una mochila que se adapte a cada niño o niña según su contextura física, no cargarla por más de 15 minutos y llevar sólo lo justo y necesario.