Estados Unidos anunció este miércoles que ignoraba que Corea del Norte tuviera en su poder el tipo de cohete intercontinental que el gobierno de Pyongpyang lanzó el lunes, un alerta que se sumó a una prueba de misiles de "precisión" conjunta entre Washington y Seúl, lo que elevó aún más la tensión en la zona y profundizó la crisis regional.
La escalada se trasladó al Consejo de Seguridad a pedido de Washington, donde las principales potencias mundiales volvieron a discutir cómo responder al nuevo desafío de Corea del Norte, que pese a las repetidas sanciones y prohibiciones del principal órgano de la ONU se muestra determinada a seguir desarrollando y probando su programa militar nuclear y los misiles que necesita para utilizarlo en un ataque.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, aseguró que la decisión del régimen comunista norcoreano de probar con éxito su primer misil intercontinental, con capacidad de alcanzar a Alaska, es una "nueva escalada" de la crisis y, por lo tanto, argumentó, "requiere una respuesta de mayor escala".
La representante del gobierno de Donald Trump además anunció que presentará una nueva resolución para que sea votada por los 15 miembros del órgano y que no va a "mirar exclusivamente a Corea del Norte", sino también a "cualquier país que elige hacer negocios" con Pyongyang.
"Una de nuestras capacidades son nuestras considerables fuerzas militares. Las usaremos si tenemos que hacerlo, pero preferimos no ir en esa dirección", concluyó la jefa de la misión de Estados Unidos en la ONU.