El futbolista inglés Andros Towsend juega en el Crystal Palace y a sus cortos 28 años tiene una historia de vida muy dura, que se encargó de relatar a la prensa. En una carta que escribió a The Players Tribune contó los diferentes obstáculos a los que debió sobreponerse, y cómo se encuentra actualmente.
"Yo no tomo. No consumo drogas. Creo que nunca en mi vida estuve en un club nocturno. Y así y todo conseguí perder 50 mil euros con un solo toque en mi celular. No tuve ni que salir de mi habitación. Quizás sea el primer joven en la historia en perder ese dinero tirado en una cama, un miércoles por la noche, en Blackpool", comenzó recordando Towsend.
Uno de los primeros dramas que debió atravesar fue la muerte de su hermano: "Era un héroe. Él tenía ocho años más que yo y un viaje para jugar un partido semiprofesional lo cambió todo. Tuvieron un accidente en el que todos sobrevivieron. Menos él", contó.
"Fue la peor etapa de mi vida. Estaba triste y no disfrutaba nada, a pesar de jugar en el Tottenham, el equipo de mi vida", explicó sobre la pérdida de este ser tan querido para él, y que era un ejemplo a seguir. "Ese dolor estuvo y está conmigo toda la vida", reflexionó.
Desde entoces, su vida nunca fue la misma. Este trauma, sumado a los inconvenientes que tuvo para establecerse en un club de fútbol, lo llevaron a caer en la adicción al juego. "Recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que aposté. Estaba aburrido en un cuarto de hotel la noche anterior a un partido y vi un aviso en la tele de una aplicación para realizar apuestas gratis", escribió.
"En unos pocos meses, ya estaba fuera de control", continuó el jugador, que según recuerda "en un abrir y cerrar de ojos era un adicto. Una noche, tirado en la cama, antes de un partido de semifinales de play off, trataba de descansar, pero no podía dormir. Revisé mi teléfono y continué haciendo apuestas. Esa noche, perdí 46 mil euros".
Su madre fue quien lo ayudó a salir de la depresión y lo obligó a tratarse psicológicamente. "Tardé 19 años en jugar para los Spurs. 22 años en jugar con Inglattera. Y 28 en estar en paz conmigo mismo. Y trabajo en lo que es el tercer logro más grande de mi vida", culmina su relato.