Alberto Fernández tiene un as bajo la manga en sus relaciones con el FMI: Joseph Stiglitz, el premio Nobel de Economía a quien el presidente electo puso a cargo de reunirse y gestionar la relación del país con el organismo. Con sumo hermetismo, Stiglitz ya comenzó a trabajar y sondeó con el organismo algunas opciones para reformular el pago de la deuda.
Stiglitz, quien no es muy apreciado en Wall Street, tiene muy buena relación con el kirchnerismo y, según publicó Clarín, fue el único economista internacional que justificó los graves errores económicos de Cristina.
Un discípulo de Stiglitz, Martín Guzmán, ya forma parte del equipo de Alberto Fernández para la negociación del pago de la deuda y ya participó de varias reuniones con los fondos de inversión para tratar la propuesta de prorrogar por dos años todos los pagos de la deuda argentina.
Este plan estará en el nuevo Presupuesto como una anexo, gestión que está a cargo de Cecilia Todesca y se dará a conocer la semana próxima. Lo que falta responder es cómo hará el gobierno de Fernández para garantizar que el país pueda pagar esas obligaciones dentro de dos años.
Se esperan duras negociaciones en Wall Street: ni los bonistas ni el FMI quieren un default de la Argentina, pero la situación no será fácil.