La huelga indefinida convocada a partir de este jueves por varios sindicatos en contra de la reforma de las pensiones promovida por el presidente francés, Emmanuel Macron, ha sacado a la calle a miles de personas en una treintena de ciudades, entre ellas la capital París, donde hubo enfrentamientos entre manifestantes radicales y fuerzas de seguridad.
La Policía lanzó gases lacrimógenos para contener a un grupo de personas que había perpetrado actos violentos en las inmediaciones de la plaza de la República. También se han registrado incidentes en Nantes, donde los manifestantes han lanzado objetos contra los agentes.
Se calcula que más de 180.000 personas participaron de las movilizaciones convocadas en todo el país, y eso por la mañana, antes de que muchos otros se sumaran a la gran concentración convocada para la tarde en París. Las autoridades, además, han cifrado en 65 la cifra provisional de detenidos en las distintas ciudades, según la emisora Europe 1.
El metro de París apenas ha operado bajo mínimos, al igual que el servicio ferroviario, en el que solo ha circulado uno de cada diez trenes de larga distancia. La empresa estatal SNCF prevé que el tráfico de trenes se vea también afectado el viernes, con cancelaciones a un nivel similar a las de este jueves.
Por su parte, la autoridad de aviación civil ha confirmado en su cuenta de Twitter la anulación del 20 por ciento de los vuelos en los principales aeropuertos de la región metropolitana de París y en varios aeródromos regionales.
El paro también se ha notado en el sistema educativo, ya que casi la mitad de los profesores han secundado el llamamiento sindical, según datos del Ministerio de Educación. La Torre Eiffel, uno de los monumentos más visitados de toda Francia, ha cerrado sus puertas, al igual que el Museo de Orsay de París.
La movilización social deriva de la reforma de las pensiones planteada por Macron, que aspira a unificar los más de 40 esquemas contemplados actualmente por un único marco que, según el presidente, favorecería la igualdad entre los trabajadores.
Entre las preocupaciones expresadas por los sindicatos figura que el cálculo de las pensiones se haga en virtud de los ingresos obtenidos toda la vida laboral y la suspensión de planes de prejubilación para funcionarios como trabajadores del transporte público y personal médico, si bien el Gobierno todavía no ha terminado de concretar su proyecto.