Debido a la crisis que se vive en Chile, la Conmebol designó a Lima como la nueva sede de la final única de la Copa Libertadores entre River y Flamengo. Esta decisión sorprendió a más de uno y hay quienes creen que se trató de una "compensación", ya que Perú venía de perder la organización del Mundial Sub-17 y la posibilidad de albergar el partido decisivo de la Copa Sudamericana.
"Es una linda oportunidad. Lima es un sitio hermoso como final de Libertadores y Perú la va a recibir con las brazos abiertos", aseguró el presidente interino de la Federación Peruana de Fútbol, Agustín Lozano, artífice del cambio de sede.
Lozano, de 48 años, es un político e ingeniero que tardó en llegar a la cima del fútbol peruano. Fue alcalde de su ciudad natal Chongoyape (entre 2011 y 2018) y se convirtió en presidente interino tras la detención de su antecesor, Edwin Oviedo, por sus presuntos vínculos con bandas de crimen y corrupción organizados.
Las denuncias en contra de Agustín Lozano
Al igual que Oviedo, Lozano también tiene sus cosas. De hecho, la misma Conmebol que le permitió postular a Lima para organizar la final más importante a nivel continental lo tiene denunciado por reventa de entradas.
En tanto, el 23 de octubre Lozano también fue denunciado por supuesto enriquecimiento ilícito y desbalance patrimonial durante su tarea como alcalde de Chongoyape. El diario La Nación accedió a la denuncia, que lleva la firma de Nicolás Soriano Meneses y fue iniciada ante el ministerio público peruano.