Un grupo de manifestantes y opositores al presidente Evo Morales que denuncian un presunto fraude electoral en Bolivia derribaron en la noche de este lunes una estatua del fallecido exmandatario venezolano Hugo Chávez
La estatua había sido inaugurada por el propio Morales en 2013, en la localidad de Riberalta, pueblo de la Amazonia ubicado a 650 kilómetros de La Paz.
Los resultados electorales parciales en Bolivia están a punto de confirmar este martes la victoria del presidente Evo Morales en la primera vuelta de las elecciones, pero la oposición denuncia un fraude y protesta en las calles, mientras los observadores internacionales cuestionan esta ventaja repentina del jefe del Estado.
La ventaja de Morales fue cuestionada por la misión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que llegó a Bolivia para observar las elecciones presidenciales y legislativas del domingo.
"La Misión de la OEA manifiesta su profunda preocupación y sorpresa por el cambio drástico y difícil de justificar en la tendencia de los resultados preliminares conocidos tras el cierre de las urnas" el domingo, y que estaban orientados hacia una segunda vuelta entre Morales y Mesa, dijo en un comunicado.
La violencia y los choques entre opositores y oficialistas en Bolivia se extendió durante la pasada noche del lunes por la incertidumbre generada por la interrupción en la carga de los resultados provisionales de las elecciones presidenciales que, sin embargo, muestran al actual mandatario y candidato a la reelección Morales como ganador pero sin evitar una segunda vuelta.
Los incidentes se produjeron en La Paz, frente al hotel donde se realiza el recuento, en Sucre, capital del país, Cochabamba, Tarija, Oruro y otras ciudades. La sede regional del tribunal electoral en Potosí fue incendiada, mientras que otras en varias regiones sufrieron ataques.
Los detractores de Morales se enfrentaron a la policía y a simpatizantes del partido del presidente, el Movimiento al Socialismo (MAS).
La lenta difusión por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de un resultado preliminar no oficial, que se interrumpió durante horas y que cuando se reactivó colocó al actual presidente como ganador en primera vuelta por apenas unas décimas, desató las protestas.
Al reiniciarse el conteo, Evo Morales contaba con el 46,85% de los votos frente al 36,74% de Carlos Mesa, con solo once décimas para proclamarlo vencedor sin necesidad de ir al balotaje.
Sin embargo, con el paso de las horas se reactivó la carga de resultados preliminares que cambiaron el escenario y pusieron a Morales en 46,4% de los votos y a Mesa con el 37,07% con el 95,63% de las actas verificadas, según los últimos datos difundidos oficialmente.
De esa manera, los números del Órgano Electoral Plurinacional, del cual depende el TSE, confirmó que habrá balotaje ya que la ley reconoce la victoria de un candidato en primera vuelta sólo si consigue más de 50% de los votos, o con más del 40% y diez puntos de ventaja sobre el segundo.
El ministro de Interior, Carlos Romero, acusó a Mesa de instigar las movilizaciones para llevar al país "a un estado de confrontación".
"El gobierno, con su decisión de burlar de nuevo la voluntad del pueblo, es el único responsable de la violencia que amenaza a Bolivia", respondió en Twitter el candidato opositor, con la advertencia de que "¡No nos rendiremos!".
Fuentes de las Fuerzas Armadas informaron que recibieron un aviso para permanecer alerta ante la situación, sin que se tenga constancia de que haya sido necesaria su intervención.