Un joven de la provincia de Salta quiso envenenar al pequeño hijo de su novia y terminó asesinando a ambos con una dosis de cianuro. El hecho ocurrió el lunes por la mañana en Salta capital, cuando Franco Rodrigo Gaspar Cinco fue a la casa de su pareja Alejandra Párraga que vivía junto con Amir, de apenas dos años.
El hombre acudió al hogar con una botella de agua. Una vez allí, le ofreció a Alejandra que le diera de beber al pequeño, ya que se trataba de agua bendita, recogida de la Catedral. Dos horas después de ingerir el líquido, tanto el niño como la madre empezaron a reflejar síntomas de malestar físico, que se hicieron cada vez más fuertes. En un momento de distracción, la mujer también ingirió el contenido de la botella.
Así, el joven trasladó a ambos a un centro de salud. El niño fue derivado a una clínica privada y la mujer fue atendida en el Hospital San Bernardo.Los dos murieron sin que los médicos pudieran hacer nada para evitarlo.
Al mismo tiempo en que se corroboró la presencia de restos de cianuro en los cuerpos de los fallecidos y en la botella secuestrada, apareció el testimonio de una amiga del joven, que brindó un dato clave.
La mujer se dirigió a la fiscalía para comentar que el propio Franco Cinco se puso en contacto con ella en la tarde del lunes y mediante un mensaje de texto le confesó: "Me mandé una cagada grande"..
De ese modo, en pleno velatorio se hicieron presentes efectivos de la policía local, quienes se llevaron detenido a Cinco.
