Un grupo de 7 amigas chinas compraron una enorme casa y la acondicionaron para que sea el hogar de todas ellas cuando se retiren. La idea había comenzado como un juego hace más de una década, y terminó volviéndose realidad.
Las amigas, que se conocen hace más de 20 años gracias al trabajo, han sido muy unidas desde siempre. En 2008 acordaron que envejecerían juntas en una casona y 10 años después al plan comenzó a materializarse.
Un día se toparon con una propiedad en venta: una casa enorme en los suburbios de Guangzhou, en el sureste de la provincia de Guangdong, en China. Esa casa parecía ser la ideal para compartir sus últimos años, así que se pusieron a trabajar para acondicionarla para su retiro.
La obra, que convirtió una mansión casi destruida en una moderna construcción vidriada, les costó cuatro millones de yuanes (unos 580.000 dólares).
La casa, una mansión de 3 pisos y 700 metros cuadrados, cuenta con siete habitaciones, una para cada una de las amigas, un espacio comunitario, un pabellón de té, una cocina y piscina. "Al principio sólo era una broma", dijo Jin Du, una de las amigas. "Dijimos que nos reuniríamos cuando tuviéramos 60 años y que viviéramos la vida de jubiladas juntas".
"Cocinaremos, haremos barbacoas en los campos, cantaremos y recogeremos comida de la aldea", anticipó Jin sobre su vida allí.
Además, las siete mujeres hicieron un pacto: cada una aprendería una habilidad que les fuera útil a la hora de retirarse. Alguna se dedicará a cocinar, otra aprenderá medicina tradicional china y otras a sembrar y cultivar.
"Todos somos individuos independientes, pero podemos comunicarnos y confiar una en la otra al mismo tiempo", dijo Jin.