“Los clientes están achicando fuertemente sus gastos. Comparten platos, no piden postre, o toman bebidas más económicas. Tratan de seguir saliendo a comer afuera, pero cuando lo hacen se cuidan mucho en lo que gastan”.
De esta manera, el titular de la Cámara Gastronómica de Córdoba, Gabino Escribano, trazó un diagnóstico de lo que hoy sucede en los restoranes cordobeses.
El dirigente estimó que el ticket promedio cayó entre un 20 y un 30 por ciento respecto del año pasado, producto de este achique obligado de los comensales.
Y pasa algo similar con los vinos. “Los clientes siguen gastando lo mismo en vinos, pero ahora con esa misma plata compran marcas de una calidad inferior”, explicó Escribano.
Pero los comensales cordobeses no sólo están ajustando sus gastando. También salen a comer afuera mucho menos que antes.
“La familia que antes salía una vez por semana, ahora lo hace cada 10 ó 15 días. Y la que lo hacía una vez al mes, ahora prefiere juntarse en casa con amigos”, lamentó el titular de la Cámara Gastronómica.
La baja en el número de cubiertos servidos en los restaurantes se hizo sentir con mucha fuerza en los meses de abril, mayo y junio de este año. Los dueños de los locales gastronómicos dicen que en julio y agosto se notó una cierta recuperación, pero que todavía no llegan a compensar la caída del primer semestre.