Hace unos días, te contamos que el juego suicida que comenzó en Rusia había llegado a Sudamérica. Los primeros casos que encendieron las alarmas se registraron en Rusia. Luego apareció uno en Chile.
Este siniestro desafío se “juega” a través de grupos cerrados de Facebook o Whatsapp, donde los líderes persuaden a los adolescentes a que sigan distintas pruebas. Comienzan por retos más triviales, como ver una maratón de películas de terror, pero luego le siguen autolesiones, y el desafío final (el número 50) consiste en quitarse la vida.
Con la característica alegría carioca, los brasileños lanzaron “La ballena rosa”, un “antídoto” para contrarrestar los peligrosos efectos del juego antes mencionado.
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