Una larga fila de gente de todas las nacionalidades se agolpaba frente a una pared para intentar leer la lista con los nombres y apellidos de quienes serían los flamantes ganadores en la 47° Exposición Internacional de Inventos de Ginebra, Suiza.
Allí, como cuando estudiaba Medicina en la Universidad de Buenos Aires antes de recibirse en 1998 y tenía que leer si había aprobado o no la materia, la pediatra argentina de 44 años, Lelis Hayipandelli, se llevó una gran sorpresa: su invento, un set de observación para el neurodesarrollo de bebés, había alcanzado el oro en la categoría "materiales y métodos didácticos".
"Casi me infarto, me puse a llorar. Estaba tan emocionada que no me entraba el aire", cuenta a este diario ya en Buenos Aires la doctora Lelis por teléfono mientras se le escapa una risa nerviosa.
De los 540 inventores que acudieron al certamen internacional, Lelis fue la única argentina que llegó a la ciudad el Ginebra, junto a Eduardo Fernández, director del Foro Argentino de Inventores, entidad a la que la médica llegó casi por "casualidad, por recomendación de su hermano" y que la asesoró durante un año para que su invento (Evaset bebé) pudiera concursar.
Sin embargo, Lelis contó más tarde a este medio que tardó cinco años en testear el set con sus pacientes para finalmente patentar el invento, una idea que surgió mediante una simple observación. "Noté que los padres venían a consultar porque la maestra o ellos mismo veían que el niño de 3 o 4 años tenían algo anormal en el desarrollo neurológico, entonces observé que el problema no había surgido en esa edad sino que la gravedad los llevó a realizar la consulta", dice.
El invento de esta médica argentina es un sistema de evaluación del neurodesarrollo de niños menores de 2 años. Consta de un set que contiene una valija; elementos de estimulación, juego y evaluación; un pen drive con videos; y un libro explicativo. Los mismos padres lo ponen en práctica para ir controlando si sus hijos están desarrollando sus aptitudes dentro de parámetros "normales", principalmente para los niños prematuros o con dificultades en el nacimiento.
Según explica Hayipandelli, los trastornos de neurodesarrollo se pueden detectar desde los primeros meses de vida. "Obviamente que cuanto más temprano comience el tratamiento puede ser tratable y, en muchos casos, hasta se llega a la curación completa", afirma Lelis, quien ideó el set tanto para prevenir como para la estimulación temprana del bebé.
"Uno como pediatra siempre da pautas de alarma a los padres. También contamos con un set de observación del desarrollo neuronal muy sencillo y pensé que este se podía llegar a adaptar para que las familias pudieran utilizarlo en sus casas. Entonces hice varias pruebas, se los di a mis pacientes para que lo testearan y la respuesta fue muy positiva, sentían que como padres hacían algo más por sus bebés (confiesa la médica). Y ahí dije 'bueno, esto está hecho para ellos".
En la actualidad, la marca cuenta con dos kits, uno para bebés de 0 a 12 meses y otro que va de los de 12 a 24 meses de vida, que contienen una serie de productos para aprender posiciones y ejercicios de fácil ejecución para que los padres puedan observar el desempeño auditivo, visual, motoro y cognitivo de los niños.
De Suiza a Tailandia sin escalas
Luego de pasar varios obstáculos en 2018, el invento de Hayipandelli finalmente pudo participar del certamen. En Suiza, estuvo seis días en un stand exhibiendo el producto, donde un jurado de 88 miembros determinó el pasado 14 de abril que la médica se trajera la medalla de oro para la Argentina.
"Y acá estamos, no lo puedo creer", se ríe Lelis, mientras confiesa que aún "no tuvo tiempo" de colgar los premios en su consultorio particular en el barrio porteño de Belgrano. Además del oro del certamen internacional, por el Evaset bebé Lelis recibió una "medalla de oro al mérito inventivo", a cargo de la "Organización de confraternidad Suizo-Egipcia".
Si bien el producto se comercializa hace un año, Lelis cuenta que a partir del premio "aumentó un poquito la demanda", sobre todo del exterior. "En la feria, representantes de Tailandia se llevaron los sets, para traducirlos al tailandés y ponerlos en práctica en los sanatorios. También pasó lo mismo con una pediatría de Polonia", dice la médica.
"¿Si me imaginaba que iba a llegar tan lejos? Ni idea, fui a tirarme a la pileta más o menos (dice entre risas). A mí me gustan los desafíos y siempre pensé que era algo para el bien de los niños y de las madres y bueno, me dije 'si es algo para bien terminará bien y si no va, no va'. Y bueno parece que funcionó".
Y concluye: "Si hay un problema hay que solucionarlo y si no, hay buscar la forma de poder hacerlo, más si es para la salud y más si es para los niños. Me parece que es el objetivo que tenemos como seres humanos, hacer las cosas bien para mejorar la calidad de vida de todos, ¿no?".