En medio de una serie de desafíos que podrían describirse como una “tormenta perfecta” para la apicultura en la región de Ansenuza, los apicultores están lidiando con una crisis que amenaza con desestabilizar su sustento y la industria en su conjunto. Con una combinación de factores que van desde precios de la miel congelados y aumento de los insumos hasta desastres naturales y falta de regulación, los apicultores de la región están al borde de la supervivencia.
Desde hace cuatro años, el precio de la miel se ha mantenido entre $300 y $350 por kilogramo, mientras que los costos de producción han ido en dirección opuesta, aumentando hasta un 400%. Esta disparidad entre ingresos y gastos ha llevado a que muchos apicultores se encuentren en una situación económica insostenible.
La sequía persistente ha agravado la situación, reduciendo la producción y poniendo en peligro la supervivencia de las colmenas. A esto se suma la creciente inflación que afecta tanto a los costos de producción como a los gastos personales de los apicultores. Además, la falta de legislación y control en la fumigación agropecuaria ha llevado a la destrucción de hábitats esenciales para las abejas.
Argentina alberga cerca de 19.000 apicultores que exportan al mundo alrededor de 70.000 toneladas de miel al año, lo que representa un componente vital de la economía local. Sin embargo, este valioso recurso se encuentra bajo amenaza. Los incendios forestales, cada vez más frecuentes y devastadores, destruyen áreas naturales cruciales para la apicultura y ponen en peligro la seguridad de las colmenas.
La falta de controles adecuados en la fumigación agropecuaria también ha causado conflictos entre los apicultores y los agricultores, ya que la exposición a pesticidas y productos químicos dañinos afecta la salud de las abejas y la calidad de la miel. Las manifestaciones recientes en Balnearia en el cruce de la Ruta 17 con la Ruta 3 y en la Ruta 17 en el cruce de Brinkmann son un testimonio de la frustración y la desesperación de los apicultores, quienes exigen medidas concretas por parte de las autoridades para garantizar la supervivencia del sector.