El jengibre es uno de los remedios naturales más usados del mundo, pero en 2025 volvió al centro de la escena por una pregunta clave: ¿qué tan efectivo es realmente para aliviar las náuseas y otros malestares digestivos? Un análisis reciente citado por The New York Times revela que, aunque la investigación científica sigue siendo limitada, algunos de sus efectos sí cuentan con respaldo.
Qué hace el jengibre en el organismo
Los especialistas coinciden en que su acción se debe principalmente a dos compuestos: gingerol y shogaol. Según Megan Crichton, investigadora de la Universidad Tecnológica de Queensland, estas sustancias pueden bloquear las vías neurológicas que disparan las náuseas, tanto en el intestino como en el cerebro.

Este mecanismo evita la activación del “centro del vómito”, lo que explicaría por qué algunas personas sienten alivio tras consumirlo. Además, estudios preliminares sugieren que el jengibre podría acelerar el vaciamiento gástrico, algo que, según el Dr. Keshab Paudel, ayudaría a reducir la sensación de malestar, siendo clave para quienes busquen una vida sana con ingredientes naturales.
¿Cuál es la mejor forma de consumir jengibre?
El jengibre aparece en té, caramelos, shots, bebidas y extractos. Sin embargo, los ensayos clínicos más serios se hicieron con polvo de raíz seca en cápsulas, justamente porque permite medir la dosis exacta.

Para preparaciones caseras, como té o jengibre fresco, no hay datos concluyentes que permitan compararlas con los efectos observados en estudios clínicos.
En qué casos funciona el jengibre (según estudios reales)
Aunque es muy popular en infusiones y preparaciones caseras, la mayoría de los estudios analizados utilizaron cápsulas de jengibre en polvo, lo que permite controlar la dosis. Y los resultados positivos se observaron principalmente en tres situaciones:
1. Embarazo
Una revisión publicada en 2025 —dirigida por el Dr. Paudel— analizó a mujeres que consumían entre 500 y 1500 mg diarios.Conclusión: mejoraron las náuseas, aunque no hubo cambios importantes en la frecuencia de vómitos.
2. Quimioterapia
Un ensayo clínico de 2024 con casi 100 adultos mostró que quienes tomaron 1200 mg diarios durante el inicio de la quimioterapia y los cuatro días posteriores tuvieron menos náuseas que el grupo placebo.
3. Recuperación postoperatoria
Estudios previos también detectaron alivio en pacientes que se recuperan de cirugías, aunque los datos son más variados y todavía no hay conclusiones definitivas.

Dónde no hay evidencia suficiente
A pesar de su fama, los expertos consultados por The New York Times aclararon que todavía no existe investigación sólida que confirme su utilidad en:
- Gastroenteritis
- Resaca
- Mareo por movimiento
- Indigestión funcional
- Síndrome del intestino irritable (SII)
En estos casos, el Dr. Michael Curley, gastroenterólogo del Centro Médico Dartmouth Hitchcock, señaló que la evidencia es escasa o puramente anecdótica.
































