Tomás Allende vive días de enorme felicidad tras ver su nombre en el listado “Albiceleste”. La concentración del seleccionado argentino de dicha categoría, se llevará a cabo en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, desde el jueves 20 hasta el 30 de mayo, pensando en el Mundial que se jugará en Letonia, del 3 al 11 de julio.
“Van a ser unos días intensos en el CeNARD. Estoy contento por una nueva convocatoria que es fruto de mi trabajo. Estoy día a día trabajando y esforzándome. Leer mi nombre en la lista me pone muy feliz. Voy a entrenar como yo sé y a dejarlo todo”, manifestó Tomás.
El alero/escolta de 18 años, tuvo un paso reciente por el Club Hispano de Río Gallegos y actualmente está en Quimsa de Santiago del Estero.
“Mi experiencia en Hispano fue muy buena. Me tocó compartir con compañeros con quienes me llevé muy bien. Fue una lástima no haber podido pasar de ronda y clasificar a los play off pero me llevo un gran aprendizaje tanto de los entrenadores como de los asistentes”, recalcó.
Desde los 4 años que Tomás comenzó a estar rodeado de aros, pelotas naranjas, tableros y todo lo referido al básquet. Sus inicios fueron en Nicolás Avellaneda y Central Córdoba.
Su papá, Daniel Allende, que hace unos meses estuvo dirigiendo a la Fusión NB en el Torneo Federal, lo llevó por primera vez a la cancha, cuando él era el entrenador de Talleres de Tafí Viejo.
“Mi papá me dirigió cuando era chico y me exigía mucho más porque sabía lo que era capaz de dar. Gracias a eso pude llegar a un nivel muy alto. El me habla siempre después de cada partido, me dice las cosas que debo corregir y siempre tiene razón”, dijo.
Además de papá, Tomás, tiene hinchada propia a la distancia. Su mamá Sandra y sus hermanos Emiliano y Julián.
“Yo tengo a Lucas Victoriano como un gran referente para mi. Pero si tengo que poner a alguien de ídolo, sería a mi familia. Son mis fans principales. Me apoyan, me alientan a distancia. Hasta mi mamá que no sabe de básquet me da consejos, mi papá y hermano más chico se mueren por verme jugar. Eso me hace muy feliz”, expresó.
El nacido en el barrio popular de Ciudadela y por supuesto, fanático del “Santo”, es un agradecido de todo lo que le dio y le da el deporte que le apasiona y está convencido de lo que quiere.
“El básquet es todo para mi, me abrió muchas puertas y me dio la posibilidad de jugar en clubes importantes como son Hispano y Quimsa. Pude participar en campus de la FIBA y NBA, jugar un Sudamericano con la Selección Argentina, que fue único y hermoso. Y por supuesto, defender la camiseta de Tucumán para el seleccionado. Este deporte me dejó tanto amigos que considero hermanos. Tengo muchos que son incondicionales”, resaltó, Tomy que sueña alto como cuando tiene el aro en la mira.
“Mi sueño es jugar en Europa, en Euroleague o la ACB”, cerró.