¿Porqué se quedó en Tucumán el economista Víctor Elías?

La carrera de economista en la provincia. La influencia de su madre.

¿Porqué se quedó en Tucumán el economista Víctor Elías?
Primer Plano.

Con una larga explicación el destacado economista tucumano, doctor Víctor Elías explicó porque decidió quedarse en la provincia y no vivir en ningún lugar del mundo. Fue en un reportaje con los periodistas Germán Valdez y Vanesa Edmundo, en el programa Primer Plano, que se emite por Canal 10, en duplex con Radio 21 Tucumán.

- Profesor, ¿porqué eligió quedarse acá en Argentina, acá en Tucumán, cuando usted se puede ir a vivir en cualquier lugar del mundo?

- Es medio complicada la pregunta. Primero quiero hacer un saludo a todas las madres por el “Día de la Madre”. Las madres tienen un poder gravitacional increíble, más que Newton y la manzana. ¿Por qué se lo digo? Y conectada a la pregunta. Es que todas las personas que están en el exterior siempre, al año, viene, una, dos, tres o cuatro veces a visitar las madres. Un compañero mío, Héctor Ávila, la madre vivió hasta los 103 años y siempre estaba. Entonces las madres son un foco de atracción importante. Visitas cortas, claro. Visitas largas más complicada que sería como ya establecerse. En el momento que yo estaba terminando la carrera de contador, que solo había en la Facultad de Ciencias Económica, contrataron al profesor Adolfo Diz, para iniciar nuevas actividades. Crear Economía. El decano era ahora Horace William Bliss, un gran decano, Secretario Ernesto Cerro, era profesor de Financiera. Y Diz había terminado partes de su estudio en Chicago y tenía el propósito fuerte de crear una escuela de economía. En el tercer año nos invitó para ver si queríamos ir a Chicago, para que él inicie los trámites. Y un grupo de cuatro o cinco formamos, si bien pequeño, fuerte en los objetivos. Además, la universidad nos apoyaba en todo. Si uno quería volver en cualquier momento. Y había toda una motivación grande, que eso nos atrajo. En el momento en que uno estaba haya no estaba pensando constantemente a dónde voy. La idea era Tucumán. Tucumán, cómo era parte de un proceso también. Hubo movimiento del Instituto Torcuato Di Tella que estaban yendo. La Universidad de Córdoba y después, un poco después, Cuyo, y, un poco más después, La Plata. Y también en América Latina: la Pontificia Católica de Chile, en la Universidad de Chile, las universidades brasileras, al comienzo. México vino después, Colombia vino después, y había toda una idea de que estábamos creciendo. Esa es una parte. La otra, no tengo bien los números, pero el sueldo en esa época nada que ver con lo que es ahora. Yo diría que en términos reales, era por lo menos cuatro veces más claro.

- ¿Qué sueldo sería?

- Diría que por lo menos arriba del millón estaría comparando, si no es más.

- ¿En pesos o en dólares?

- Hablando en pesos en Tucumán. Después a algunos le facilitaban las casas de Horco Molle, era un hermoso lugar para vivir. Además, cuando uno entraba no había esa discusión de la antigüedad. Se negociaba titular, máxima antigüedad y nadie hacia el problema porque había poder de decisión. Hoy es complicado. Usted ahora quiere hacer pasar a alguien, joven brillante, saltar una etapa, se armó un problema. Yo me acuerdo que me contaban que en Agronomía, había un profesor León George, de Irak, que era vecino mío en Horco Molle. Primero lo trajeron con las mejores condiciones, pero después hubo un problema dentro de la facultad: “porque George y porque yo no”. El vino con una idea bien simple. El efecto de los fertilizantes.

- ¿Usted cree que salimos en Argentina de esta situación económica?

- Yo creo que sí, porque siempre llega el momento en que no se puede tirar para adelante las decisiones. Creo que la clave es siempre, es bien sencilla, pero hay que tener mucha potencia: es la forma de disminuir el gasto y el déficit. No tomar préstamos. El que va a tomar préstamos, préstamos y préstamos, ese no quiere hacer cambio, porque la idea no es que dejes para adelante. Cuando uno empieza el proceso de ahorrar gastos, no es tan difícil. El asunto es empezar. Puede que pierda popularidad, o algo así, pero no, a veces, cuando uno hace bien las cosas, lo premian.