Osvaldo Jaldo marca un hito en los últimos 50 años, es lo que tengo con precisión: nunca un gobernador de la provincia se atrevió a confrontar, ni a diferenciarse con la conducción partidaria nacional. Ni en el peronismo, ni en el radicalismo. Siempre hubo una sumisión al poder central o mejor dicho al centralismo porteño.
Ya el día lunes el mandatario tucumano mostraba cual era su posición: “Cuando la patria está en peligro, hay que sacarse las diferencias partidarias y personales de encima. Y yo me las saqué. Por eso, voy a defender los intereses de la provincia, nos cueste lo que nos cueste”.
Jaldo no es un jugador fácil de dirigir. Para llegar a ser jefe del Poder Ejecutivo local, pasó por todos los cargos inferiores iniciándose en un pequeño municipio del norte de la provincia, Trancas. Su experiencia, jugando con su habilidad, hizo que pudiera sortear en la provincia todos los escollos locales. Pero lo mas grande fue cuando en el 2021, Juan Manzur era designado jefe de Gabinete y para aceptar el cargo pedía que no estuviera en la sucesión Jaldo, que era el vicegobernador. Le ofrecieron hasta un puesto en el Banco Nación para sacarlo de la provincia. Pero no lo lograron. Fue gobernador interino, mientras duró la gestión de Manzur en la Nación.
¿Quiénes querían complacer a Manzur? El expresidente Alberto Fernandez, la exvicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, a través de Parrilli; el propio Sergio Massa y hasta otros funcionarios reconocidos nacionalmente.
Jaldo y Manzur tuvieron una interna sangrienta políticamente. Y todas esas figuras nacionales lo apoyaron al ex jefe de gabinete. Incluso en su cierre de campaña Máximo Kirchner mandó un mensaje grabado. El quedó solo con su gente de Tucumán, como se está repitiendo ahora la historia.
En este caso son el diputado Agustín Fernández y las diputadas Gladys Medina y Elia Fernández de Mansilla. Los dirigentes nacionales peronistas presionaban para que Jaldo apoye al peronismo en el rechazo al DNU y a la Ley Omnibus y que el diputado Fernández no diera su voto en la comisión. Les dijo que no, porque él tenia que resolver los problemas de Tucumán que eran tres: el tema azucarero, el limón y el bioetanol. Los tres temas le salieron favorable a la provincia.
“Estoy defendiendo los intereses de la provincia, Nadie nos obligó, ni nos apretó, mucho menos presionó por todo esto. Para nosotros primero está Tucumán y las soluciones que se requieren para mejorar la vida de sus habitantes. Como dije antes, las cuestiones partidarias quedan para otro momento”. Pero también aclaró que “ellos accedieron a dejar de lado la derogación de la Ley del Azúcar; nosotros cumplimos con la palabra. Dijeron que iban a sacar los aranceles al limón y sus derivados; cumplimos con nuestra palabra. Se está rediscutiendo la situación del bioetanol, que también hemos planteado. Y hasta analizamos obra por obra, las que se pueden terminar, como así también la situación fiscal; todo a través del diálogo y la colaboración mutua”.
Y es la primera vez que tres diputados tucumanos arman un bloque aparte, denominado “Independencia” de lo que es el peronismo tradicional, en este caso en Unión por la Patria. Y hasta se fijaron en el nombre. Algo vinculado a Tucumán porque alli se declaró la Independencia Argentina.
Jaldo, ante los cuestionamientos que recibía en las ultimas horas por su decisión respondió: “Las críticas no me rozan. Mi trayectoria habla de mí, de una militancia en el peronismo que creció durante los 40 años del retorno de la Democracia a la Argentina”.
La historia recién empieza porque se vienen cuatro años de tira y aflojes.