El gobernador Osvaldo Jaldo encabezó este miércoles los actos conmemorativos por el 213° aniversario de la Batalla de Tucumán y participó de la multitudinaria procesión en honor a la Virgen de La Merced, patrona de la arquidiócesis. La jornada comenzó en plaza Belgrano y concluyó en plaza Independencia, donde se celebró la misa central.
Jaldo estuvo acompañado por su esposa, Ana María Grillo, el vicegobernador Miguel Acevedo y la intendenta de la capital, Rossana Chahla, además de legisladores, ministros, autoridades judiciales, militares y eclesiásticas, entre ellos el arzobispo Carlos Sánchez y el obispo auxiliar Roberto Ferrari.

Palabras de fe y unidad
“Los tucumanos nos sentimos orgullosos de acompañar a la Virgen y de conmemorar la batalla que marcó un antes y un después en la historia argentina”, expresó Jaldo.
Al mandatario pidió por la unidad y destacó la organización de la Iglesia y la comunidad: “Es tiempo de estar más unidos que nunca por quienes más lo necesitan”.
El arzobispo resaltó que María de la Merced “se nos ha hecho peregrina para traernos la alegría de Jesús” y llamó a los fieles a ser “misioneros de esperanza” llevando consuelo a quienes sufren.

Por su parte, el vicegobernador Miguel Acevedo subrayó que se trata de “una de las fiestas más importantes de Tucumán”, mientras que la intendenta Rossana Chahla remarcó que “la fe es parte de nuestra identidad, como lo fue en aquella batalla desigual que supimos ganar en 1812”.
El legislador Javier Noguera recordó la trascendencia histórica de la fecha: “No es solo una festividad religiosa, sino también la conmemoración de una gesta épica que definió el camino hacia la independencia”.
La procesión, que reunió a peregrinos de toda la provincia y de provincias vecinas, fue uno de los momentos más emotivos de las celebraciones patrias y religiosas de septiembre.