No es sencillo con 18 años, salir de tu zona de confort, estar lejos de los afectos y comenzar a transitar nuevas experiencias y emociones.
Belén Monteros llegó a River Plate hace dos años, después de un gran paso por Atlético Tucumán, club que la recibió en sus comienzos con el fútbol, donde creció mucho y se formó.
Era tan bueno su rendimiento que fue citada a una preselección de la Sub-17 y entrenó una semana en Ezeiza.
“Me gustó mucho vivir eso. Tenía nervios pero fue una gran experiencia. Había mucho profesionalismo”, expresó Belén, que en julio cumplirá 20 años.
Aproximadamente a los 14 años su tía Gabriela Guerrero, que en entonces jugaba en Atlético Tucumán, la llevó al club y el DT Marcelo Tarifa quedó impresionado con la habilidad de Belén con la pelota y decidió incorporarla al equipo.
“Soy fanática de Atlético y desde que tengo memoria voy a la cancha. A muerte con esos colores. Dani Escasena, Yani Ledesma, Daiana Valle y Adriana Larrahona siempre me aconsejaron y estaban pendientes para que vaya a entrenar”, dijo la delantera.
River, un gran salto
Fue una revolución para Belén los cambios repentinos de club, de compañeras, de entrenadores, amigas así y sobre todo de casa. Eso le ayudó a crecer no solo futbolísticamente sino también como persona.
“Gracias a Dios me tocó una familia súper unida. Hoy todo lo tengo es gracias a mi papá, mamá y hermanos que me ayudan muchísimo. El fútbol es un deporte que te deja muchas cosas, aprendes y conoces a personas geniales pero mi familia me motiva a seguir y también mi primo que hoy no lo tengo, pero me da fuerzas desde arriba”, dijo la “Tucu”, como la conocen en la institución de Núñez.
“Llegar a River fue un paso muy grande con mucha experiencia y desarrollo para mi. Cambié bastante el nivel. No me costó adaptarme porque el equipo es como una familia, me recibieron de la mejor manera, me incorporé muy rápido y ahora tengo muchas amigas”, confesó.
“Es nuestro orgullo”
Belén tiene hinchada propia en San Cayetano, barrio donde nació y creció. Allí viven sus padres Juan y Cynthia y sus hermanos Rocío, Celeste, Enzo y Gabriel, el más pequeño del hogar.
“Ella es una excelente hija, nos cuesta mucho tenerla lejos pero está luchando por sus sueños y la vamos a apoyar siempre. Es nuestro orgullo”, dijo su mamá.
Tras una lesión de rotura de menisco externo, Belén fue operada ayer y ahora le esperan dos meses de recuperación.
“La verdad que la está pasando mal con la lesión porque ella quiere entrenar y jugar. Estamos todo el tiempo en contacto con ella y le decimos que nunca baje los brazos a pesar de las piedras que se le presenten en el camino”, cerró Cynthia.
La meta está firme en la cabeza de Belén. “Tengo muchos sueños pero por ahora estoy concentrada y peleando para jugar en la primera de River”, anheló la “9” que tiene como ídolo a el “Pulga” Rodríguez.
“Tengo una foto con él cuando era chica pero tengo que actualizarla”, finalizó entre risas.