El hermano del abuelastro de Benjamín Amaya, se transformó en el principal sospechoso de haber cometido el crimen del menor. El acusado, Claudio Argañaraz, de 37 años, fue aprehendido ayer, después de haber sido interrogado en tribunales por la fiscal Adriana Giannoni.
Los investigadores recibieron en las últimas horas del jueves una información clave que permitió la identificación del acusado, quien fue arrestado y será sometido a una serie de estudios que permitan determinar su participación en el crimen.
Un testigo aportó un dato clave. Dijo que el jueves 8 se cruzó con un joven, al que no conocía, con un niño que podría haber sido "Benjamín". La persona señaló que el encuentro se produjo cerca de las 16, hora en la que se estimaba que se había producido el homicidio, ya que el pequeño salió de su casa después de las 15 y fue encontrado pasadas las 17, por familiares y niños que colaboraban en la búsqueda.
El informante que brindó el dato, que será declarado testigo de identidad reservada por la Justicia, dio un detalle físico del sospechoso que posibilitó la rápida identificación y aseguró que se trataba de un mayor de edad.
La autopsia determinó que el pequeño estaba vivo cuando fue ahorcado y que su muerte se produjo por asfixia. Los forenses confirmaron que el menor tenía lesiones superficiales en sus manos y rostro, compatibles con lo que se conoce como heridas defensivas que se producen cuando una persona se resiste a ser atacada. Por lo que al confirmarse que no hubo abuso sexual, los investigadores sospecharon que lo mataron porque impidió la vejación y porque conocía al atacante.
El detenido fue trasladado a los calabozos de la ex Brigada de Investigaciones y este viernes será llevado a la fiscalía para prestar declaración.