Liberaron casi 50 aves en tres operativos distintos, realizados por los guardaparques de la Universidad Nacional de Tucumán, con el apoyo de la División de Delitos Rurales y Ambientales de la policía de la provincia.
Los dos primeros operativos se realizaron en la zona de Taficillo (en Tafí Viejo). El primero tuvo lugar el 12 de junio y se recuperaron 8 aves y con el segundo, que se desarrolló el 19 de junio, se liberaron 15 aves más. El último operativo fue el más importante y tuvo lugar en La Sala, este jueves al mediodía, oportunidad en la que se lograron salvar 27 ejemplares.
El Parque Sierra de San Javier, que tiene 14.700 hectáreas de extensión, reúne una enorme variedad de flora y fauna autóctona y allí se pueden observar unas 200 especies distintas de aves. Suelen capturar de manera ilegal aquellos ejemplares que se caracterizan por su canto, como el rey del bosque y la reina mora, que son consideradas especies amenazadas. Los cazadores capturan las aves con el objetivo de luego venderlas en el mercado ilegal.
Manuel Alejandro Pachado, a cargo del cuerpo de Guardaparques de la UNT, señaló que, de cada 10 aves capturadas para el mercado negro, al menos 4 mueren en cautiverio. Esto ocurre por el estrés que les genera el encierro, ya que se trata de aves silvestres acostumbradas a desplazarse en libertad. Pachado alertó a la población a tomar conciencia sobre la pérdida que significa para el ecosistema capturar estas aves y alentó a denunciar los casos que se conozcan de comercio ilegal. Los teléfonos para hacer las denuncias son el 4253631 de la oficina del Parque Sierra de San Javier y los teléfonos 4218150 / 4210749 de la dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos de la provincia.
El cuerpo de Guardaparques cuenta con 13 personas que recorren la vasta extensión del Parque Sierra de San Javier y que tienen como tarea cuidar y proteger sus recursos naturales. El área depende de la Dirección del Parque Sierra de San Javier, que a su vez forma parte de la secretaria de Bienestar Estudiantil, que conduce Gustavo Vitulli.
Cabe destacar que cada operativo para detener a los "cazadores de aves" implica una gran movilización de recursos humanos y técnicos. Primero se realiza un trabajo de inteligencia para conocer la ubicación exacta de los cazadores. Mucha de esa información suele ser aportada por amigos de la naturaleza que alertan sobre la situación. En cada procedimiento los guardaparques cuentan con el apoyo de la policía, que protege la integridad de los agentes. Los efectivos policiales secuestran los elementos de caza y los guardaparques recuperan los animales para llevarlos luego a la Reserva de Horco Molle, donde un experto controla el estado de las aves y de ser necesario, las curan. Recién entonces son devueltas a su entorno natural