En los últimos días, en Tandil circularon noticias vinculadas a la instalación en las plazas de la ciudad de corrales para perros. Cuáles son los motivos detrás de la iniciativa a cargo de las Direcciones de Bromatología y Zoonosis y Espacios Verdes Públicos.
“Estamos evaluando diferentes lugares en espacios verdes donde podamos instalar corrales de suelta para perros”, explicó en los últimos días en Tandil el director de Bromatología, Ignacio Diribarne, luego de que el tema se instalara en la agenda de temas previos a las elecciones 2023.
Por su parte, el director de Espacios Verdes Públicos de Tandil, Walter Urso, detalló: “Tenemos en mente diferentes espacios desde el año pasado, entre los que destacamos el Parque del Origen, el Cerrito, la Plaza Ardiles o la Plaza de la Estación y, en ese sentido. Los estamos evaluando por la factibilidad de llevar adelante el proyecto”.
Los espacios públicos son lugares donde se construyen relaciones sociales, se fomenta la inclusión y se fortalece el sentido de comunidad y gracias a estos corrales de suelta, cada tutor podrá liberar a su perro en un espacio preparado, sin generar una falta.
Corrales para perros en Tandil: cómo son su uso en otras ciudades
Los corrales para perros en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen su origen en la Ley Nº 4076, sancionada en el año 2011. Esta ley establece la obligatoriedad de mantener a los perros en espacios cercados y seguros, para evitar su fuga y los riesgos que esto implica para los animales y la comunidad en general, uno de los principales motivos para su instalación en Tandil.
A partir de esta ley, en la Ciudad de Buenos Aires se establecieron requisitos para la construcción de corrales, como el tamaño mínimo, el tipo de material y la ubicación adecuada. También se estableció que los dueños de perros son responsables de mantener a sus mascotas dentro del corral y asegurarse de que no causen daños a terceros.
La implementación de los corrales para perros ha tenido una buena recepción por parte de la población, ya que permite que los perros tengan un espacio seguro y delimitado para jugar y socializar, y al mismo tiempo evita que causen daños o accidentes en la vía pública.
Cabe destacar que la ley no establece la obligatoriedad de tener un corral para perros, pero sí establece que aquellos perros que no se encuentren en un espacio cercado y seguro deberán llevar bozal y estar atados con una correa de no más de dos metros de longitud, para evitar incidentes.