En vísperas de la partida del gobernador Omar Perotti por un viaje oficial a Kuwait, el nombramiento del nuevo director del Servicio Penitenciario de Santa Fe generó una ola de repudio que creció este fin de semana. Luego de las primeras críticas opositoras, representantes del peronismo en el Congreso también rechazaron el ingreso del militar retirado José Alberto Bernhardt al Ministerio de Seguridad.
El reclamo de los organismos de defensa de los derechos humanos tuvo eco incluso entre quienes compartieron boleta con el rafaelino en las últimas elecciones. El senador nacional Marcelo Lewandowski acompañó este sábado la queja por el nombramiento y expresó: “El compromiso por la memoria, verdad y justicia es irrenunciable”.
La controversia se desató debido a que el nuevo director del Servicio Penitenciario de Santa Fe trabajó en el Batallón de Inteligencia 601 durante la última dictadura militar. Si bien no se trata de la primera vez que ocupa un cargo público desde el regreso de la democracia, la decisión de la Casa Gris una respuesta negativa mucho mayor y más visible.
Como era de esperarse, el decreto firmado por Perotti también activó críticas de sectores más lejanos dentro del Partido Justicialista (PJ). Como integrante y referente de Hijos en Rosario, el diputado Eduardo Toniolli fue uno de los que pronunció en contra de la decisión. “Con su lucha decidida y persistente, el pueblo argentino se ganó el derecho de no tener que padecer a tipos como José Bernhardt como funcionarios”, aseveró.
El coronel retirado nunca fue imputado en causas sobre delitos de lesa humanidad en Argentina. Sin embargo, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) aseguró que fue un “integrante activo” del Batallón 601 y por eso publicó una carta para pedir que el gobernador “revoque inmediatamente” su designación.