Un hombre de 66 años fue condenado este lunes a 12 años de prisión por abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de sus dos nietas. Fuentes judiciales informaron que el tribunal lo declaró culpable por unanimidad luego del debate oral y público que se llevó a cabo la semana anterior.
La sentencia de los jueces Rodolfo Mingarini, Pablo Busaniche y Jorge Patrizi estableció una pena inferior a los 20 años de cárcel que había solicitado el Ministerio Público de la Acusación (MPA) en el inicio de las audiencias.
La fiscal Alejandra del Río Ayala, de la unidad especial de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas), valoró la coincidencia entre los magistrados, pero aclaró sobre el tiempo de la condena: “No se ajusta a lo que solicitamos”.
“Más aún teniendo en cuenta lo probado en el juicio y que las víctimas son dos niñas muy pequeñas que fueron abusadas por su abuelo durante al menos tres años”, argumentó la funcionaria.
Del Río Ayala recordó que el juicio a Rodolfo Osvaldo Villafañe “fue singular por un motivo técnico jurídico”, ya que pudieron “plantear el concurso real entre los delitos de abuso sexual y promoción a la corrupción de menores, porque hubo elementos que permitieron independizar los hechos ilícitos atribuidos y plantearlo como un concurso real, cuando normalmente se da el concurso ideal”.
Las víctimas fueron dos hermanas menores de edad que son nietas biológicas del hombre y los hechos ocurrieron cuando cursaban su escolaridad primaria, en ocasiones en las que el condenado quedaba a su cuidado.
La fiscal añadió que “la investigación se inició luego de que una de las niñas pudo narrar lo que venía padeciendo y su madre hizo la denuncia policial”.
“Existen circunstancias particulares en este caso, ya que el acusado forma parte del círculo de confianza más íntimo de las víctimas y aprovechaba esta circunstancia para perpetrar los abusos”, destacó Del Río Ayala.
Por su parte, el fiscal Matías Broggi precisó que el hombre “fue condenado como autor de abuso sexual gravemente ultrajante calificado, por haber sido cometido por un ascendiente y por estar encargado de la guarda de las víctimas”.