Con el anuncio del gobernador Alfredo Cornejo del llamado a licitación para construir Portezuelo del Viento en territorio malargüino, el tan declamado compre mendocino será un eslabón fundamental en la cadena de distribución de los 1.023 millones de dólares que insumirá la mega obra.
El proyecto Portezuelo del Viento fue diseñado con aristas que exceden el levantar un paredón de 185 metros de alto para regular el río más caudaloso de Mendoza.
Al ser una represa multipropósito necesitará de especialistas para la obra civil pero además alrededor del embalse habrá obras conexas que van desde la construcción de todo un pueblo para relocalizar a los vecinos de Las Loicas, rehacer un tramo de la rutas nacional 145 y también la provincial 226 (van a quedar bajo el agua al igual que el poblado), la construcción de la central hidroeléctrica y el tendido de alta tensión para conectar la presa con el sistema interconectado nacional.
En el gobierno están convencidos que los múltiples frentes de trabajo harán imposible que una sola empresa, por más grande o importante que sea, pueda ejecutar la obra. En ese punto es donde entra en juego el compre mendocino.
“Esta es una obra a escala mundial va a interesar a empresas de todos lados, pero nosotros buscamos maximizar el valor dentro de Mendoza porque de nada sirve hacer un proyecto de esta envergadura si no nos preocupamos de que la mayor parte sea ejecutada por la misma gente que está en la región”, remarcó Emilio Guiñazú, subsecretario de Minería y Energía.
Para facilitar el ingreso de empresas y mano de obra local al proyecto, en el pliego licitatorio de Portezuelo del Viento incluyeron como condición casi excluyente el contratar servicios o comprar insumos a proveedores mendocinos. Y para evitar que los oferentes sean esquivos a esta iniciativa, la adjudicación será a través de un sistema de puntuación.
Además de recibir puntos por la cotización, el consorcio que contrate empresas locales o mano de obra del lugar obtendrá mayor puntaje que aquel que busque sus proveedores fuera del territorio mendocino.
En el orden de prioridades “el primer anillo (de proveedores y mano de obra) es Malargüe, el segundo anillo es la región Sur, el tercero Mendoza y el cuarto es Argentina como un todo”, detalló Guiñazú.
Otro punto que deberán cumplir a rajatabla los interesados en conseguir la obra será el de incluir los precontratos con los proveedores locales dentro de la oferta.
Cadena de proveedores
A la par de las exigencias impuestas en el pliego licitatorio para los oferentes, desde el gobierno van a acompañar el proceso para que las empresas mendocinas o los futuros trabajadores no queden relegados de la obra por falta de capacidad, calidad en los servicios, cantidad o un título habilitantes en el caso de los obreros.
Como primer paso, el armado de una cadena de proveedores está apuntado a que las pymes dejen de competir entre ellas y puedan unir fuerzas para ofrecer mejores servicios.
Desde el Instituto de Desarrollo Industrial Tecnológico y de Servicios de la provincia (IDITS) van a subsidiar a las empresas que deban certificar normas de calidad para ingresar al proyecto.
La Dirección General de Escuelas será parte de la capacitación para que los trabajadores que aprendieron un oficio (plomeros, soldadores, electricistas entre otros) sin pasar por un instituto habilitado, puedan acceder a un título oficial.
Fuente: Los Andes