Sol Ordas dejó al remo argentino en lo más alto y coronó su participación en los Juegos Olímpicos de Buenos Aires como abanderada en la ceremonia de clausura. Fue de menor a mayor en la competencia, pero siempre sabiéndose una de las favoritas. Entre talento y cábalas, se alzó con el oro.
Sorprendía verla siempre con las uñas prolijamente pintadas y un llamativo top naranja que poco tenía que ver con el tradicional atuendo celeste y blanco. ¿Casualidad? No.

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En una de las tantas entrevistas, la nicoleña reveló que era "cabulera" y repitió en todas las regatas el mismo outfit. "Pero ojo que al top lo lavaba todos días, eh!, se animó a bromear, y los resultados están a la vista. Debió adaptar su estilo para competir en los 500 metros y sin dejar dudas se impuso casi por un segundo a la sueca Elin Lindroth. El bronce fue para Greta Jaanson, de Estonia.
Su presente ilusiona. ¿Se viene Tokio?