Adolfo Rodríguez Saá, el abogado y político peronista nacido el 25 de julio de 1947, fue uno de los 5 presidentes que tuvo Argentina en el año 2001, época en que se desató una de las peores crisis de la historia nacional, tras el Corralito. Su carrera hacia la presidencia data de un largo período al mando de la Provincia de San Luis.
El hermano mayor de los Rodríguez Saá ejerció durante 5 períodos consecutivos la gobernación de San Luis entre 1983 y 2001. Abandonó su cargo al ser elegido por la Asamblea Legislativa como presidente interino de Argentina el 23 de diciembre de 2001, tras la renuncia de Fernando de la Rúa en el marco de la crisis.
Con escaso apoyo político y partidario, Rodríguez Saá presentó su renuncia tan solo una semana después de haber asumido, el 30 de diciembre, tras un llamativo hecho.
Su carrera política hacia la presidencia en 2001
Rodríguez Saá no siempre fue peronista. Hasta 1969, Adolfo se mantuvo ligado al provincial Partido Demócrata Liberal, al que pertenecían entonces sus familiares.
Pero, tras su traslado a Buenos Aires, durante sus estudios allí, tanto él como su hermano Alberto comenzarían inclinarse por el peronismo. En 1971, con 24 años y luego de finalizar su carrera, volvería a la provincia y se convertiría en apoderado legal del Partido Justicialista de San Luis.
Cómo llegó a ser Presidente de la Nación Argentina
Desde 1983 hasta 2001 ejercería la gobernación de San Luis, por la que, por un lado, sería elogiado nacional e internacionalmente por su administración; pero, por otro, sería acusado localmente de enriquecimiento ilícito, de intervenir en la Justicia a su favor y de mantener en la provincia un régimen “feudal”.
Ese mismo 2001, tras el “corralito” del ministro Cavallo y, el Estado de Sitio decretado por el entonces presidente Fernando De la Rúa, todo estallaría.
Tras la revuelta social conocida como el “cacerolazo” en reacción a esas medidas, De la Rúa haría su recordado escape de Casa Rosada en helicóptero, presentando su renuncia el 20 de diciembre a las 19.37 horas. Ese mismo día llamarían a una Asamblea Legislativa que elegiría a Adolfo Rodríguez Saá como sucesor interino.
La presidencia de Adolfo Rodríguez Saá, decisiones polémicas
Su mandato duró sólo 7 días. La presión social, política y económica carcomería a un solitario presidente interino. En esta semana, Rodríguez Saá se vería inmerso en una nebulosa de decisiones desesperadas que terminarían con su dimisión.
Al momento de aceptar la conducción del país, afirmó que no devaluaría la moneda y mantendría la Ley de Convertibilidad (1 peso, 1 dólar; el disparador de la crisis) y el sistema del “corralito”. Esto, por supuesto, desató las críticas de quienes lo acusaron de ser igual a De la Rúa.
En su discurso inaugural, además, se comprometió a gobernar “para los más humildes” y que en su gobierno tendría prioridad “la gente, no la deuda externa”. Así, anunció la ruptura definitiva del peronismo con las políticas del menemismo y declaró la suspensión del pago de la deuda externa con los acreedores privados, lo que derivaría en el default, pero que nunca se concretó.
Desde un principio, su intención fue permanecer en el poder “hasta 6 años”, algo que nunca pasaría. La idea fue categóricamente rechazada por gobernadores justicialistas, que además criticaron la composición “poco virtuosa” de su gabinete, y exigieron la salida de figuras “impresentables”.
Su renuncia tras un hecho inédito
Su presidencia duró 7 días, por lo que ninguno de sus deseos se puso concretar, más allá de que en un llamativo acontecimiento, Rodríguez Saá afirmaría que “había cambiado el país”.
El 28 de diciembre se desencadenaron en el país los “cacerolazos”, que terminarían corroyendo su mandato.
En una jugada desesperada, convocó a 14 gobernadores a la Residencia Presidencial de Chapadmalal. Sólo asistieron 6. Y tras una supuesta manifestación en las puertas del recinto, ocurriría algo impensado.
El jefe de la custodia presidencial informó a Rodríguez Saá que una multitud de manifestantes se estaba reuniendo afuera del edificio y que “no se podía garantizar” su seguridad. El presidente entonces ordenó que prepararan un vehículo para que pudiera retirarse al aeropuerto, argumentando que la situación era insostenible y que se retiraba a San Luis.
Adolfo subió al primer piso de la residencia y, según afirmó Ruckauf, se retiró poco después en helicóptero, tras afirmar que la reacción del presidente al enterarse de la manifestación fue “exagerada”.
Duhalde, que subió al primer piso con él, comentaría más adelante que, tras enterarse de una posible pueblada inminente sobre Chapadmalal, Rodríguez Saá sufrió un ataque de pánico, se encerró en el primer piso y se acostó en una cama en posición fetal, mientras decía que querían asesinarlo.
De acuerdo con el relato de Ruckauf, el jefe de su personal de custodia le informó que afuera solo había un máximo de 10 personas, no una manifestación, y que estos en realidad ignoraban que el presidente se encontrara en el complejo.
De todas formas, Rodríguez Saá, supuestamente tras reponerse del ataque de pánico, se retiró sin comprobarlo y emprendió su viaje a San Luis. Una vez allí, concedió una conferencia de prensa en la que presentó la renuncia indeclinable a la presidencia, la cual se hizo efectiva a las 23.09 horas del 30 de diciembre.