Los médicos forenses que están a cargo del caso de Alejandro Ochoa, mediante un informe preliminar, indicaron que el hombre habría sufrido cortes en brazos, piernas y por último en el cuello, lesión que lo llevó a la muerte. Ochoa se encontraba amordazado para que no pudiera pedir auxilio. Según el informe, los criminales, le mutilaron sus genitales.
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A Alejandro Jesús Ochoa le decían “Bebo” y tenía 35 años. El hombre había sido visto por última vez el 27 de marzo por su amigo, quien manifestó que unos metros antes de llegar a su hogar, “dos hombres encapuchados armados que estaban en una casa contigua a la de Ochoa; una casa que está cerrada y que afuera tiene un Fiat 660 abandonado” golpearon a Alejandro y lo ingresaron al vehículo.
Estuvo desaparecido por casi una semana, hasta que el dos de abril fue encontrado su cuerpo sin vida. Ochoa vivía solo en la zona rural de Cortaderas, a tres kilómetros de la plaza central, en una casa humilde cuya compañía eran sus animales. Ejercía el oficio de albañilería, aunque los últimos días de su vida estaba sin trabajo.
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Los próximos pasos que se realizarán por parte de la investigación son la reconstrucción de las escenas en el horario que sucedió la captura y que el único testigo narre ante las autoridades judiciales y policiales cómo fue toda la secuencia desde el principio. De esta manera, también buscan comprender por qué tanto ensañamiento con una persona tan humilde.