José Jorge Brizuela, de 67 años, fue encontrado asesinado por los dueños de la finca donde trabajaba como sereno, en Caucete. Los datos de la autopsia certificaron que Brizuela había sido asesinado a golpes. Al anciano le faltaban varias pertenencias, entre las cuales se informó una moto, un televisor y hasta su auto, que fue hallado incendiado en el mismo departamento. Finalmente, la Policía logró detener a diez personas vinculadas con el homicidio, entre las cuales están quienes lo engañaron para robarle hasta quienes desarmaron los vehículos y revendieron los artículos sustraídos.
La reconstrucción de los hechos indica que el viernes al menos tres personas ingresaron a la casa de Brizuela, allí lo ataron, le pusieron una bolsa en la cabeza, le dieron varios palazos hasta darle el golpe mortal en la cabeza. Esa misma noche se llevaron la moto Zanella 110 del anciano, un celular marca Alcatel, dos garrafas, un televisor, herramientas, una bomba de agua y el Renault Torino de la víctima del homicidio. Ese vehículo fue encontrado metros más allá de la finca incendiado. Incluso en la seccional policiales les llamó la atención que nadie haya reclamado por el Torino durante la misma noche en la que apareció incendiado.
La primera pista firme con la que contó la Policía fue que Brizuela fue visitado por dos mujeres la noche antes del asesinato. Las dos fueron detenidas, se trata de Yamila Salinas y de Yolanda Aguilar. Las dos son del barrio Las Moritas, donde detuvieron también a Néstor Figueroa. Posteriormente un hombre fue a la seccional 9° quien denunció que Martín Moreta junto a otro hombre le vendieron un televisor de 32 pulgadas y un gato, ambas cosas a $9.000. Así detuvieron a Moreta, su hermana Fabiola Moreta, a Leonela Moreta y a Alexis Agüero.
Esa misma noche estuvieron con los hermanos Moreta Elio Raúl Castellano, Mauro Ezequiel Allende y Nancy Beatriz Díaz, del barrio Niquizanga, también de Caucete, y todos detenidos. Aún queda determinar el vínculo entre todos los detenidos, tarea que tendrán ahora la jueza Gema Guerrero, quien dirigió la investigación.
