Horacio Salazar tiene 70 años y vive en la total desidia desde hace años en una humilde vivienda en la provincia de San Juan. Este miércoles, el diario Tiempo de San Juan contó su historia y reveló que el abuelo tiene que salir a pedir comida todos los días para no morirse de hambre. "Nunca pido plata, siempre comida", relató el abuelo al diario local.
La casa de Horacio está ubicada entre la Capital de San Juan y Rawson, una localidad al sur de la provincia. Según relató el mismo medio, a pocas cuadras viven sus hijos pero el hombre está abandonado. "No me invitan ni siquiera a comer, mis hijos se han olvidado que yo existo hace tiempo", relató muy angustiado el abuelo. La vivienda de Horacio tampoco tiene baño porque éste colapsó hace tiempo y por eso él hace sus necesidades en un tacho.
La luz también es un lujo que Horacio no puede costear. Es que hace meses un cortocircuito ocasionó un incendio y todavía no pudo reponer el tubo fluorescente que iluminaba su hogar por lo que vive en las penumbras. Según el hombre hace quince años que vive en la misma situación y hace cinco años que no ve a su hijo. "Me tengo que ayudar yo solo como puedo porque siempre estoy solo, no importa que sea un día importante como navidad o mi cumpleaños siempre estoy así", comentó el hombre al diario sanjuanino.
Los vecinos pusieron la queja porque aseguran que la casa de Horacio es un foco de infección y por los fuertes olores que emanan de la vivienda aunque desconocen por qué sus hijos no lo ayudan. Además el hombre tiene problemas en la visión y articulaciones debido al frío que pasa durante las noches. Sin embargo, el abuelo no pierde la esperanza y dice que siempre está "esperanzando que venga mi hijo a llevarme, esperándolo todos los días, hace 5 años que no lo veo".