A casi un mes de su polémica liberación, Ángel Morales cayó nuevamente preso esta vez en Angaco y por el delito de amenazas. El joven, confeso femicida de Thalía Recabarren, una sanjuanina de 17 años, habría advertido con violencia a una persona que lo reconoció en la vía pública. Su miedo: que los familiares de la mujer asesinada sepan dónde vive.
Morales había sido liberado hace menos de un mes. Si bien las pruebas que lo incriminan son contundentes, incluida su confesión, la Justicia determinó que espere el juicio en libertad. El joven estaba recluido desde noviembre de 2016, cuando ocurrió el brutal crimen, en el Instituto Nazario Benavídez, donde se alojan los menores en conflicto con la ley penal.
Desde entonces vivía junto a su familia en el departamento rural, donde justamente la semana pasada un sujeto lo reconoció. Aparentemente Morales no quería que la familia de Thalía supiera de su paradero y decidió agredir verbalmente a su vecino. Sin dudarlo, la persona que fue amenazada radicó la denuncia y el confeso femicida cayó preso.
El aberrante femicidio de Thalía Recabarren ocurrió en 2016. Su cuerpo apareció el domingo 19 de junio en un terreno baldío del departamento Zonda. Su novio, Ángel Morales, detenido como principal sospechoso, confesó el crimen en la comisaría. La autopsia reveló que la adolescente murió por un fuerte golpe.
"Es una alegría saber que está encerrado de vuelta este HDP. Está tras las rejas, de donde nunca debería haber salido. Si es por miedo, yo sé dónde vive, pero no me voy a ensuciar las manos", comentó Anabella, mamá de Thalía, a Tiempo de San Juan.