Desde marzo, todo el personal de la Policía de San Juan será sometido a estrictos controles de alcoholemia y antidoping por disposición de la Secretaría de Seguridad. Se trata de una medida inédita que se llevará a cabo de manera sorpresiva al momento que el los uniformados estén prestando servicio. Cualquier servidor público que sea encontrado con niveles de alcohol u otra sustancia deberá enfrentar rigurosos castigos, incluso la exoneración de la fuerza.
De acuerdo a la publicación de Diario Huarpe, el protocolo para efectivizar el procedimiento estará listo en 30 días. Una vez finalizado comenzarán con los controles que serán realizados por aparatos de última generación y que ya están en la provincia. "No buscamos perseguir a los policías ni mucho menos, buscamos mejorar la seguridad que día a día le damos a los sanjuaninos. Ya tenemos los equipos en nuestro poder y estamos trabajando fuertemente en los procesos que mejoraran la prestación del servicio", señaló Carlos Munisaga, secretario de Seguridad.
Los controles serán sorpresas en cualquier dependencia y sin importar el día y horario. Los mismos serán preventivos y obligatorios para todo el personal de seguridad. Aunque todavía no hay reglamentación oficial, se estima que la persona que dé positivo será suspendida y apartada de sus labores. Además deberá entregar el arma reglamentaria. En este marco se dará apoyo para tratar cualquiera sea la adicción. De repetirse el positivo, podría ser expulsado de su trabajo.
"Todo aquel efectivo que sea encontrado con niveles de alcohol o alguna otra sustancia ilícita, como marihuana, será sancionado fuertemente. Encontrar alcohol o droga en un policía será considerado una falta gravísima. No podemos tener un policía en la calle, portando un arma de fuego, si no está en buenas condiciones físicas y psíquicas", afirmó Munisaga.