En una entrevista en profundidad, la especialista del Instituto de Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCALAB), bioquímica Rosana Chehín, explicó los avances recientes en la detección temprana del Parkinson a través de biomarcadores en sangre periférica, una tecnología que hasta hace poco solo era posible mediante punciones de líquido cefalorraquídeo. La profesional destacó el papel pionero de un equipo argentino que, junto al Instituto Malbrán y con sede en Tucumán, trabaja actualmente en la validación nacional de este test innovador. Con un lenguaje directo y técnico, la investigadora enfatizó la importancia de lograr diagnósticos tempranos para evitar que tratamientos neuroprotectores fracasen por aplicarse en etapas demasiado avanzadas de la enfermedad.
En esta entrevista con el programa Tucumán con Todo (América Tucumán), la investigadora repasa su trayectoria, su formación, y las áreas en que está trabajando actualmente.
-“Soy bioquímica, graduada en la Universidad Nacional de Tucumán. Hice mi doctorado en bioquímica, también en la Universidad Nacional de Tucumán, después me fui a hacer en España una formación postdoctoral en la parte de biofísica de proteínas, o sea cómo las proteínas se comportan, cómo podemos ver cómo se comportan. Y ahí entré al mundo de la neurología, porque las enfermedades neurodegenerativas, el Parkinson y el Alzheimer, se producen porque proteínas que normalmente tenemos en nuestras neuronas y en otras células de nuestro cuerpo, comienzan a agregarse, a auto agregarse se vuelven toxicas, son proteínas que todos tenemos. Cambia algo se vuelven toxicas, y comienzan a matar las neuronas, se agregan, matan a una neurona, esa neurona no puede lidiar con ese agregado, entonces cuando esa neurona muere, la neurona del lado come todo lo que tenía, lo que dejó la neurona anterior, recluta las proteínas sanas que estaba en la neurona vecina y así sucesivamente es una reacción en cadena. Eso pasa en Parkinson, pasa en Alzheimer, pasa en la demencia frontotemporal que últimamente salió al ruedo porque (el actor) Bruce Wills tiene en la esclerosis lateral amiotrófica, son todos lo que llaman proteopatías".
“Ahí los biofísicos, que estudiábamos cómo se comportan las proteínas, comenzamos a tener mucha interacción con los neurólogos y ahí fue cuando me encontré con una tucumana, que ella es neuróloga y ella me llevó a hacer la neurología, que es la doctora Riseman que trabaja hace mucho en París, y durante 15 años más o menos hemos estado trabajando en equipo: ella aprendiendo de las proteínas y nosotros aprendiendo de la neurología”.
“Así fue como pudimos trabajar con distintas moléculas que fueran capaces de parar a estos agregados, o sea conocer bien estos agregados proteicos importantes porque primero sirven como biomarcadores y agnósticos, o sea cuando a una persona se le encuentra unas proteínas agregadas en el líquido céfalo raquídeo en la sangre, cosa que es un poco más complejo es porque hay una patología hay.”
-En este caso nos vamos a centrar en el Parkinson, cuéntame un poco de la enfermedad del Parkinson y las causas de esa enfermedad y si es que tiene o no tiene cura.
“La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que al igual que el Alzheimer se producen porque como dije estas proteínas comienzan a agregarse, en el caso el Parkinson es una proteína que mata las neuronas que producen la dopamina, entonces ¿Qué le pasa al paciente con Parkinson? pierde ese neurotransmisor que es tan importante y que regula no sólo el movimiento sino distintas funciones cerebrales. ¿Por qué no tiene curas del momento? Por ejemplo, en el caso de, por decirles, la diabetes, se mueren las células que producen insulina, entonces se puede hacer una terapia reemplazo, se le inyecte insulina al paciente y las cosas funcionan. En el caso del Parkinson a pesar que la dopamina es una molécula químicamente mucho más sencilla para producir que la insulina, la dopamina no pasa a la barrera macroencefálica, o sea que no la podemos administrar.”
-Entonces, ¿No hay cura?
“Hay tratamiento, pero ¿Cuál es el problema? El tratamiento sería poder prevenir que las proteínas se sigan agregando y matando neuronas, entonces eso es lo que hasta ahora no hay, lo que se da una terapia reemplazo que es una dopamina disfrazada que se conoce como levodopa, que pasa un poquito la barrera macroencefálica, pero que se la da con estabilizantes que terminan haciendo tolerancia, ¿Qué significa? que cada vez hay que darle más dosis al paciente hasta que se llegue una dosis máxima. Entonces lo que hay que conseguir es parar la enfermedad, no solo mejorar el síntoma sino evitar que se sigan muriendo neuronas, porque empieza por la dopaminérgicas y al final ya es produce lo que se llama una neuro inflamación, ese proceso de matar neuronas, produce una inflamación, produce un estrés oxidativo en el cerebro. Entonces hay que, como dicen apagar el fuego, parar eso, entonces nosotros estamos trabajando en dos flancos distintos, uno es tratando de parar la agregación de las neuronas y otro es tratando de buscar una forma que se diagnostique el párkinson antes que aparezcan los síntomas motores.”
-Y ahí es que vamos a hablar de los test porque tenemos entendido que hay unos test que sirve justamente para la prevención.
-“Exactamente, el tema es el siguiente, es más complejo de lo que parece en principio, hay una acción en la medicina que todo lo que se puede diagnosticar precozmente tiene más chance de poder ser tratados, poder ser intervenido terapéuticamente. El Párkinson el Alzheimer y todas de las otras neuronas degenerativas, las neuronas son células muy sofisticadas y cuando hay una neurona que se muere el resto compensa, compensan tanto que el síntoma aparece cuando ya el 80% o el 70% de las neuronas ha sufrido el proceso degenerativo. Entonces, lo ideal sería poder identificar los pacientes antes que aparezcan los síntomas motores, si uno hace una analogía con el cáncer apenas aparece un virus”.
-Pero, ¿Hay algunos indicios?
“Bueno, por ejemplo, uno va al médico y cuando te hacen el chequeo, te piden marcadores para el cáncer. Te piden, por ejemplo, si tenés algún síntoma y en específico te piden marcador, entonces vas al bioquímico y el bioquímico te dice, tenés el PCA alto, tenés esto. Hay distintos biomarcadores en el caso del párkinson, hay un biomarcador que es la proteína esa agregada, pero lo que pasa es que solo se la podía medir en líquido céfalo raquídeo, lo cual es bastante complejo. Hay una tecnología para amplificar esos agregados. O sea, si vos tenés agregado los podés amplificar y un equipo te los puede medir. Nosotros usábamos de hace mucho tiempo esa tecnología para investigación y ahora esa tecnología se adaptó para el análisis bioquímico y ha demostrado el año pasado en el 2024 en abril, mayo, que se podía hacer en sangre periférica.”
-¿Qué tan confiables son estos test, en comparación con los métodos tradicionales?
-“No hay ningún método, no hay nada. Para párkinson, no hay absolutamente nada y cuando te enteras, ya es un poco tarde. Hay ciertos síntomas que son totalmente inespecíficos, que si los cuento todo el mundo va a sentir que los tiene como trastornos en el sueño, como algunas cambios en la funcionalidad intestinal, anosmia, son síntomas muy comunes, entonces y un tipo especial de depresión”.
“En Francia, por ejemplo, donde nosotros trabajamos muchas veces el Párkinson temprano, lo diagnosticaban los psiquiatras cuando venían esos pacientes con las depresiones refractarias, un poco de anosmia, le mandaban a hacer el test del sueño y se daban cuenta que había un trastorno del sueño REM”.
“¿Qué es lo que pasa? Estamos en un círculo que, al no haber diagnóstico precoz, hay muchas moléculas que podrían ser excelentes neuroprotectora, que funcionaron súper bien, pero cuando hicieron los ensayos clínicos, no funcionaron porque los pacientes que se seleccionan es como que ya hay poca chance de intervención, entonces el diagnóstico precoz va a poder ayudar a que aparezcan nuevos neuroprotectores, que pasaron todas las etapas y cuando llegaron a los ensayos clínicos, no funcionaron. Yo creo que es fundamental y lo que yo quiero marcar es que en el 2024 salió esto en el mundo y nosotros juntos con Malbrán, nos asociamos con la doctora Claudia Perandones, de Malbrán, lo vamos a validar acá en Tucumán para que lo pueda tener la Argentina.”
-Es decir que todavía no se están realizando, ¿o ya se realizan estos test?
-“Estamos haciendo lo que se llama la validación, porque el insumo crítico es una proteína recombinante, es esa proteína humana que es carísima, eso nosotros la producimos en nuestro laboratorio, nosotros por ingeniería genética, hay muchos chicos que son biotecnólogos, entonces producimos esa proteína en lo cual el test no sería tan impagable.”
“Nuestra información está en nuestras redes sociales, que es IMMCALAB, que es Instituto de Medicina, Molecular y Celular aplicada, y ahí los chicos que son de las redes sociales están pasando, noticias todo el tiempo.”