Continúa avanzando el juicio por el femicidio de Jimena Salas, cuyos detenidos son Javier “Chino” Saavedra, presunto autor material del crimen, y sus hermanos Guillermo y Damián. El martes 29 prestó declaración un testigo y aportó datos que complicarían a los imputados.
La situación de los presos se agravaría luego de que se filtrara que hay nuevas pruebas que los incriminan. Entre ellas, está el relato de esta persona anónima. Cabe destacar que el asesinato se desarrolló allá por 2017 en Vaqueros, provincia de Salta, y desde entonces se sigue investigando.
Desde el Ministerio Público Fiscal de la provincia informaron que este testigo se presentó ante la Justicia y aseguró tener información sobre los acusados. Ahora bien, solicitó prestar declaración bajo identidad reservada por temor a futuras represalias.
Según su declaración, familiares y allegados de los acusados sabían que el identikit, los datos sobre los vehículos mencionados en la investigación y las fotografías dadas a conocer en diciembre de 2017, se vinculaban con la apariencia de uno de los imputados y con bienes de la familia de los mismos.
Habló la exnovia de Javier “Chino” Saavedra, y en el intento por defenderlo surgieron contradicciones
Aquel día se dio una segunda declaración por parte de la ex novia de Javier Saavedra. Aportó datos e incurrió en numerosas contradicciones; también reconoció en las fotografías exhibidas una silueta similar a la de quien fuera su novio y en la mascota que carga en brazos, a una similar en raza y color a la que tenía la pareja.
En la causa obran además los informes de la Unidad Especial de Investigación respecto al análisis de cámaras de seguridad, donde se concluye la presencia de vehículos de propiedad de los imputados, ahora secuestrados.
Cabe destacar que el principal sospechoso está bajo la lupa luego de que su material genético coincidiera con las muestras de ADN halladas en la escena del crimen. Sus dos hermanos también están involucrados en la causa.
¿QUÉ LE PASÓ A JIMENA SALAS?
Si bien todavía no se ha dado con los responsables, el crimen de Jimena Salas sigue presente entre los ciudadanos de Vaqueros. La mujer fue asesinada el 27 de enero del 2017 en su vivienda y delante de sus dos hijas, quienes tenían 3 años aquel día.
Su entonces esposo, Nicolás Cajal, fue quien encontró en la cocina del comedor el cuerpo sin vida de Salas y a las pequeñas encerradas en el baño, por lo que llamó inmediatamente al 911. La víctima, según la autopsia, tenía al menos 50 puñaladas a lo largo del cuerpo.
El juicio comenzó el 3 de mayo de aquel año, pero recién en mayo del 2021 la causa quedó caratulada como un femicidio. En todo ese tiempo posterior no hubo más avances que permitieran encontrar a sus asesinos.
Lo único que se estableció es que fueron dos hombres, presuntamente parientes entre sí, y el juicio tampoco logró esclarecer el móvil del crimen. De esta manera, el caso sigue abierto, pero la parte querellante se expresa optimista en que pronto se hará justicia.