"Un día se me instaló en mi cabeza que tenía que hacer esto y acá estamos. Nunca estudié pintura ni escultura. No soy artista. Soy Germán Carrizo", dice y así se presenta.
Germán es un salteño que aprendió a soldar y comenzó a crear enormes esculturas de Transformers, que ahora decoran la entrada a su pueblo, Campo Quijano, en Salta.
El instructor deportivo cuenta que la inspiración para estos enormes muñecos que realiza nació en el gimnasio.
"Un día tenía que reparar una máquina del gimnasio y el herrero se demoraba. Me compré una soldadura y empecé a ver cómo se soldaban piezas metálicas. Fue hace cinco años. Un buen día se me ocurrió de la nada soldar una tuerca con otra y luego un pedazo de chapa. Se me iluminó la lamparita y salió un puente ferroviario con un tren. Igual al monumento que tenemos en mi pueblo y luego aparecieron ellos", cuenta Germán.