Fue con un gran pesar que los salteños recibieron la noticia semanas atrás de que la procesión del Señor y la Virgen del Milagro fue suspendida a causa de el aumento de contagios por coronavirus. En el día de ayer, 15 de septiembre, la Plaza 9 de Julio albergó únicamente a policías y algunos periodistas, en un día que marcó la historia de Salta.
Las santas imágenes no salieron a las calles para ser adoradas, y las puertas de la Catedral Basílica se mantuvieron cerradas todo el día, excepto durante la media hora que se abrieron durante la renovación del Pacto de Fidelidad, encabezada por el arzobispo Mario Antonio Cargnello.
Durante ese corto tiempo, algunos fieles que rondaban la calle España de la plaza pudieron acercarse a ver la imagen del Señor del Milagro, que fue trasladada a la nave principal. Al finalizar la homilía, se cerraron una vez más las puertas y se escuchó el repiqueteo de campanas, acompañado como siempre por la sirena del diario El Tribuno. Desde los campanarios, cayeron también pétalos blancos y rojos.
Pasados 20 minutos, la plaza quedó casi vacía y las campanas en silencio. Del interior del templo se escuchó el grito de "¡Viva el Señor y la Virgen del Milagro!"; y la respuesta de afuera: "¡Viva!". Una vez finalizadas las celebraciones, un grupo de personas realizó una pequeña caravana en el centro desde sus autos, llevando consigo imágenes de los santos patronos.
Al llegar la medianoche, la Catedral anunció que por disposición del Comité Operativo de Emergencia, sus puertas estarán cerradas hasta el 20 de septiembre, al suspenderse las actividades religiosas.