Durante la jornada del sábado se encontraron dos cuerpos dentro de un Ford Escort blanco en la ruta 34. Fueron identificados como Raúl Pereyra, un hombre mayor de edad, y su hija Araceli, de 8 años.
Con los resultados de la autopsia, Pablo Cabot, el fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, informó que ambos presentaban una herida de bala en el cráneo cada uno, sin orificio de salida.
La hipótesis principal sostiene que Pereyra se habría suicidado después de dispararle a su hija con el arma que se encontró en el mismo vehículo. El hecho ocurrió en la ruta nacional 34, entre Coronel Cornejo y General Ballivián, y continúan las investigaciones para esclarecer lo ocurrido.
El macabro incidente habría sido en la noche del viernes, cuando el hombre fue a buscar a sus hijas a la Misión Wichí para llevárselas a comer a General Mosconi. La mayor no quiso ir, pero Araceli aceptó y nunca regresó. Por esto, su madre Nancy Sánchez radicó una denuncia en las primeras horas del sábado, recibiendo la noticia esa misma tarde.