Un abusador menos ronda las calles de la localidad salteña de El Quebrachal luego de que condenaran a 11 años de prisión efectiva a un hombre por violar en reiteradas ocasiones a su hija menor de edad.
Es un lamentable caso en que una madre hizo oído sordo a los llantos de su hija, cuando le contó sobre los manoseos y las violaciones perpetradas por su propio padre. La mujer no le creyó, y los abusos se prolongaron en el tiempo, hasta que la menor decidió contarle a otros miembros de la familia, que al enterarse pusieron el grito en el cielo, y presionaron a su madre a realizar la correspondiente denuncia.
El hombre de 48 años fue condenado por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la calidad de guardador y educador del autor y por la situación de convivencia preexistente con la menor víctima.
Por otra parte, la madre de la víctima estaba acusada de encubrimiento agravado por tratarse el hecho precedente de un delito especialmente grave, en su caso, bajo la modalidad de omisión de individualizar al autor, pero fue absuelta.