Hace poco más de veinte años, Matías Jurisich soñaba con ser la cara de un noticiero deportivo. Desde entonces cambió de etiqueta varias veces con sus proyectos en Rosario y llegó a ponerse frente a las cámaras de una manera impensada. El youtuber se convirtió en palabra autorizada sobre vermut, pero también se animó a hablar de chocolatada e hizo otros videos virales en el mundo de las bebidas.
“No me considero bartender, me considero un caradura”, aclara el comunicador de 39 años con una sonrisa a la hora de repasar su actividad en reconocidos restaurantes y locales gastronómicos de la ciudad. Cuando ya le había agarrado la mano al manejo de las barras y las cartas, tuvo que aprender a lidiar con el hate de otro público más complicado y diverso: el de Internet.
El rosarino por adopción se define como un “comunicador de bebidas” a partir del trabajo con su esposa y colega Gisella Jaime. En una entrevista con Vía País admite que pueden incluirlo en otras categorías más tradicionales, aunque tiene una objeción para la mayoría de de ellas. Su canal ya está cerca de las 150.000 suscripciones y aún así le escapa al rótulo de youtuber. Su explicación es sencilla y se refiere a una cuestión central en su propuesta: “No pido que te suscribas, no pido likes. Jamás lo hice y creo que es la estrategia”.
¿Quién es Matías Jurisich, el creador del vermut Pichincha?
Matías Pedro Jurisich nació el 13 de junio de 1985 en Sarasa, la provincia de Buenos Aires. En realidad, el parto fue en la localidad vecina de Ferré porque en su pueblo no había dispensario. Después de los 14 años se mudó a Ascensión para terminar la escuela secundaria. Su papá Rubén esperaba que siguiera estudiando en Junín, pero la ciudad no lo seducía en absoluto.
El productor de bebidas artesanales tuvo la chance de seguir el camino del fútbol por una prueba exitosa como arquero en Sarmiento. “La verdad es que en ese momento me aburría mucho jugando a la pelota”, recuerda. Luego prefirió dedicarse al lanzamiento de disco y llegó a ser campeón provincial de Santa Fe.
Aunque no era un gran consumidor del deporte televisado, el sueño de Matías era meterse en la pantalla de FOX Sports como Adrián Puente y Margarita Wais. Sus planes para lograrlo cambiaron en poco tiempo y reconoce con humor que tenía algo importante en contra: “Después descubrí que los pelados no conducen, salvo que sean muy buenos”.
El cantinero “detestaba” la idea de mudarse a Junín y se fue a vivir a la pensión de su tía en Rosario. “Mi viejo estaba partido al medio después de la crisis de 2001″, apuntó. Así y todo, se las ingenió para completar una carrera profesional que tuvo varios hitos. Uno de los más reciente fue su vermut Pichincha, ganador de la medalla de oro del World Vermouth Awards 2023 en la categoría semidulce.
De la revolución gastronómica de Pichincha a la producción de bebidas
Lejos de lo que imaginaba en su época de estudiante de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Matías Jurisich armó su fábrica en el barrio Belgrano, donde produce casi una decena de bebidas con recetas propias y un sistema artesanal. Así se despidió de Pichincha, el sitio en el que le dio el empujón inicial a uno de los polos comerciales más importantes de la ciudad.
“Chinchibira fue como la revolución gastronómica de 2010 en Rosario”, asegura el creador de la primera carta de la renovación en la esquina de Jujuy y Santiago. Durante cuatro años fue “empleado y socio a la vez”. Al principio, el local y Rock&Feller’s eran los únicos activos en la zona, pero finalmente explotó con la llegada de otros proyectos enfocados en la vida nocturna.
Según el análisis del cantinero, los efectos de la apuesta del bar sólo pueden compararse con los de Infinita, la panadería que armó el productor de espectáculos Claudio Joison en el segundo año de la pandemia de COVID-19. Curiosamente, ambos locales se ubican a poco más de una cuadra de distancia.
Matías prefiere presentarse como emprendedor en vez de “empresario”, un tema que llegó a discutir con sus socios de Chinchibira. “Esa palabra me cuesta mucho más, tiene cierta carga vil y cruel. Me molesta por el vínculo con la persona si te dicen que sos un explotador”, puntualiza.
Pandemia, YouTube y matrimonio
La historia del productor de bebidas dio un giro grande a partir de la cuarentena de 2020. Su canal de YouTube levantó vuelo en abril y el creador sostiene que el éxito fue “fortuito”, ya que sólo quería ganar algo de tiempo libre en medio de la emergencia por coronavirus.
“Tuve 10 días continuos en los que alguien me invitaba a una transmisión en vivo por Instagram”, recuerda Matías Jurisich. Las charlas de las 19 lo llevaban virtualmente a Colombia, Perú y Panamá, pero se cansó en medio del encierro. Por entonces ya convivía con su futura esposa, aunque la fecha del casamiento estaba en duda debido a las restricciones sanitarias.
Dado que también tuvo cierto recorrido como fotógrafo, el influencer rosarino utilizó las herramientas que tenía a mano para hacer un clip sobre bebidas caseras. La idea era sencilla: “Al que quiera saber de vermut, lo mando a ese video”.
Gisella se encargó de manejar la cámara con un monopie y el escenario inicial fue el hogar de su departamento. Aunque no era el mejor material, la pareja logró cuadruplicar las suscripciones de YouTube y decidieron ponerle unas fichas al canal para surfear la crisis de la pandemia con un dinero extra. “Todos nuestros laburos habían pasado a mejor vida”, resume el comunicador.
El crecimiento en la plataforma de videos está lejos de ser la fuente de ingresos principal. No obstante, la monetización alcanza y sobra para cubrir los gastos de la producción. Además, Matías destaca que es una “vidriera tremenda” para el trabajo que comparte con su esposa. El proyecto incluye el aperitivo Pimpollal y cinco licores con recetas de Croacia, el país de origen de su familia paterna.
Jurisich y Jaime planeaban casarse en Luján de Cuyo, pero el almuerzo familiar se postergó hasta el 1° de octubre de 2022 y finalmente se realizó en Colonia Caroya. El matrimonio ya había descartado la idea de hacer una fiesta y se mudaron a la bodega Terra Camiare, ya que querían estar rodeados de vides.
Desde entonces, la pareja cosechó dos premios del World Vermouth Awards. Un año después del galardón que obtuvieron con Pichincha, Gisella ganó la medalla de oro de la categoría extraseco con su Pocimario.
Mientras tanto, Matías dio que hablar en el mundo virtual en más de una oportunidad, ya sea por el “enamoramiento” del público o por cierto hate. Entre ellas subraya el impacto de la cata de vino en tetra brik con el cálculo de costo de menos de 1,50 dólares por litro. “Hay mucha persona que se cree refinada y bastardea productos de baja calidad”, señala.
El rosarino por adopción entiende que el “diferencial” de la propuesta de YouTube junto a su esposa cordobesa es el objetivo de que “la gente se concentre en lo que está adentro más que lo de afuera”. Si bien la fórmula no es de alcance masivo, Jurisich la defiende y señala: “Nuestro canal no analiza el marketing sino lo que genera el productor, la bebida”.