Mientras se destaca a diario como coach en una nueva edición de La Voz Argentina, Soledad Pastorutti generó sorpresa y conmoción al anunciar su retiro de los escenarios, luego de 30 años de una exitosa trayectoria que la convirtió en una de las artistas referentes de la música argentina.
Durante su participación en el festival Embalse Un Canto a la Vida, realizado en enero pasado en la provincia de Córdoba, la oriunda de Arequito sorprendió al público con una confesión inesperada: está analizando seriamente en retirarse de los escenarios.

La Sole explicó que, si bien seguirá cantando por pasión, siente que se aproxima el momento de dejar las grandes presentaciones en vivo. Esto lo ratificó en una entrevista con Cadena 3, donde fue contundente: “Hay gente que dice ‘me voy a morir cantando’. Yo me voy a morir cantando en mi casa, pero no en un escenario, porque siempre quiero hacer un buen espectáculo”.
La artista santafesina, ícono del folklore argentino desde los años ‘90, señaló que desea retirarse con dignidad y respeto hacia su público. “No puedo hacer todos los veranos los festivales si no tengo el deseo de hacer algo muy groso. No quiero ir solo porque me contratan”, aseguró.

Con una extensa carrera y una trayectoria que incluye decenas de discos, premios nacionales e internacionales, y giras por América y Europa, Soledad dejó en claro que su decisión no responde al cansancio físico, sino a una necesidad personal de renovación. “Quiero que algún día se me extrañe para que se me quiera más todavía”, reflexionó.
Sus palabras generaron emoción entre sus fans y también entre colegas de la música popular, que reconocen en ella una figura que transformó el folklore y acercó el género a nuevas generaciones. Desde su irrupción en Cosquín en 1995, cuando tenía apenas 15 años, hasta su rol como referente cultural, la Sole ha sido sinónimo de autenticidad y pasión.

Aunque no detalló cuándo será su último show, su discurso dejó en claro que el proceso ya está en marcha. La cantante busca cerrar esta etapa de manera orgánica, sin estridencias ni giras de despedida, sino con presentaciones cada vez más selectivas y conscientes.
Por ahora, Soledad seguirá conectando con el público, pero lo hará a su manera: con menos escenarios, más intimidad y la misma entrega de siempre. “Voy a cantar toda la vida, pero no necesariamente frente a una multitud”, concluyó, fiel a su estilo sencillo y honesto.