Miguel Ángel Russo, uno de los entrenadores más queridos del fútbol argentino, protagonizó un momento lleno de emoción en su regreso al Gigante de Arroyito para dirigir a Boca Juniors frente a Rosario Central, luego de haber estado varios días internado por su delicado cuadro de salud.
Antes del inicio del encuentro, el estadio completo se puso de pie para brindarle una ovación que hizo vibrar cada rincón de la cancha. El recibimiento comenzó apenas Russo pisó el césped.

Miles de hinchas de Central, club del que es ídolo absoluto, lo aplaudieron de manera ininterrumpida, entonando cánticos de agradecimiento por su historia como jugador y como técnico. Las cámaras captaron al entrenador visiblemente conmovido, saludando a las tribunas con una mano en el corazón.
El homenaje no quedó solo en la ovación. En un gesto que sorprendió a todos, los futbolistas de Rosario Central se acercaron al banco de Boca para saludarlo antes de que la pelota empezara a rodar. Algunos incluso lo abrazaron, reforzando el respeto que Russo cosecha en cada paso por el fútbol argentino.
El DT xeneize, que supo consagrarse campeón con Boca en la Copa Libertadores 2007 y que dejó una huella imborrable en Central, agradeció la muestra de afecto con una sonrisa y un breve aplauso hacia la tribuna.
Russo debutó en la primera de Central como jugador en 1975 y como entrenador condujo al club en distintos ciclos, logrando ascensos, campañas memorables y el cariño eterno de los hinchas. Esa historia compartida explica la intensidad del reconocimiento que recibió en esta visita, pese a que hoy defiende los colores de uno de los rivales más importantes del fútbol argentino.
El emotivo regreso de Russo llega en un momento clave de su carrera, al frente de un Boca que busca recuperar protagonismo en el torneo local y en la Copa Libertadores. Sin embargo, la ovación que se llevó en Rosario fue un recordatorio de que su legado trasciende los resultados.