Unas 230 personas fueron detenidas este domingo a la madrugada por la Policía de Santa Fe por asistir a una fiesta clandestina organizada en un bar del centro rosarino. La Municipalidad clausuró el local al ver lo que ocurría y advirtieron que no les quisieron abrir la puerta para inspeccionar el lugar.
Personal de las fuerzas de seguridad provinciales llegaron hasta la entrada ubicada sobre Urquiza al 1500 y corroboraron que los asistentes incumplían las medidas de distanciamiento social, preventivo y obligatorio para contener la pandemia de coronavirus. Si bien la Fiscalía autorizó el ingreso pacífico al establecimiento, los dueños no respondían a los llamados.
Al igual que en otros episodios de este tipo, Kika quedó cerrado y con faja de clausura tras la intervención de la Guardia Urbana Municipal (GUM). A las personas que fueron identificadas allí las trasladaron en un colectivo hasta la Comisaría 2° para iniciar los trámites correspondientes a la causa a cargo de la unidad especializada COVID-19 del Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Si bien el funcionamiento de bares y restaurantes está autorizado en la provincia de Santa Fe, la ocupación máxima está restringida al 30% de la capacidad y el horario de cierre no debe exceder las 00.30 del día posterior a la apertura.