En medio de la preocupación por las balaceras en Televisión Litoral y la cárcel de mujeres, este jueves se confirmó un homicidio en Rosario con características estremecedoras. La Fiscalía denunció que un empleado panadero mató a un compañero con grasa hirviendo y pidió ayuda para detenerlo.
Sofiudin José Jahari falleció el lunes 26 de diciembre en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Tenía 47 años y pasó más de dos semanas internado en estado grave por las quemaduras que sufrió en un local del barrio Matheu.
De acuerdo a la investigación del fiscal Patricio Saldutti, al panadero lo agredieron mientras descansaba en el negocio de la zona sur rosarina. La mañana del miércoles 7 de diciembre le tiraron grasa caliente en la cara y eso terminó con su vida a pesar del esfuerzo de los médicos para atenderlo desde que lo auxiliaron.
La abogada de la famila de Sofiudin denunció que Miguel Alejandro Martínez (30) cometió un crimen “totalmente premeditado”. En este sentido, recordó que el sospechoso le había preguntado a otros compañeros cuándo llegaba José.
El Ministerio Público de la Acusación (MPA) pidió colaboración a la población para encontrar al presunto autor del homicidio. Hasta el momento, constataron que Jahari falleció por quemaduras internas después de la agresión que sufrió alrededor de las 6.30 de la mañana.
Un ataque desconcertante en una panadería de Rosario
Antes de la publicación de la foto del prófugo, la familia de la víctima también solicitó colaboración en redes sociales para dar con él. “Esta persona tenía una antigüedad de casi 14 años en la empresa. Nunca había tenido actitudes agresivas con nadie”, comentó la letrada que asesora a los parientes del panadero.
A la hora de analizar el video de las cámaras de seguridad, la abogada precisó que había un tercer empleado cuando Jahari recibió el baldazo de grasa hirviendo. De inmediato se levantó, se sacó la ropa e intentó limpiarse.
Mientras la víctima intentaba calmar el dolor y pedía ayuda, Martínez agarró su moto y se fue del local. Desde entonces, la Justicia no pudo determinar su paradero.
Jahari sufrió lesiones graves en los riñones y las quemaduras también le afectaron la vista. Mientras estuvo internado, padeció arritmias constantes y lo operaron dos veces. A pesar de su fallecimiento, la familia le agradeció al personal del Heca por el trabajo constante para cuidarlo.