La recta final del juicio por balaceras atribuidas a “Los Monos” reveló este lunes evidencia de que Ariel Máximo Cantero hijo ordenó matar a un testigo que había declarado contra Mario Segovia. Según los fiscales, “Guille” encargó un ataque a balazos para terminar con la vida de Andrés Lamboy, aunque el responsable de llevarlo a cabo fue detenido antes del intento de homicidio en Fisherton.
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Desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) explicaron que el líder de la banda narcocriminal radicada en la zona sur rosarina tenía “muchos datos” de la víctima a pesar de que llevaba años preso. En los mensajes hallados en su celular figuraba desde la descripción y la patente de la camioneta que usaba el empresario hasta el horario en que iba a estar frente a la sede del Colegio Inglés.
Lamboy fue acribillado el 18 de septiembre de 2018 cerca de Wilde y Mendoza. Ese día sufrió múltiples heridas de arma de fuego y lo internaron en estado grave. El fiscal Matías Edery planteó que Cantero había ordenado el ataque desde la cárcel y se lo había encargado a Matías César, otro de los imputados por balaceras contra el Poder Judicial.
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El funcionario subrayó que el presunto sicario que trabajaba para el líder de “Los Monos” nunca llegó a cumplir con el pedido, ya que lo detuvieron antes del episodio registrado en el Colegio San Bartolomé. “Ese hecho no se lo imputamos. Queríamos mostrar de qué manera funcionaba la banda”, explicó.
En conferencia de prensa, el fiscal Miguel Moreno destacó que presentaron “pruebas objetivas que no admiten matices” a la hora de ratificar los pedidos de penas en la causa sobre atentados contra la Justicia y personal policial. Si la solicitud prospera, Cantero será condenado a 24 años de prisión.
Lamboy había declarado contra Segovia debido a que figuraba como director del depósito donde encontraron el cargamento de efedrina por el que imputaron y declararon culpable al narcotraficante. La misma suerte corrió su exsuegro Rubén Galvarini, titular de la firma Sadock.