El martes, el ataque al Hospital Provincial de Rosario, en barrio Martin, dejó como saldo el asesinato del policía Leoncio Bermúdez, en lo que se presume un “operativo de rescate” para que el preso Gabriel Lencina se evadiera de su condena en el penal de Piñero. Este miércoles, el duro relato de la médica que le brindó primeros auxilios al suboficial conmovió a todos.
La mujer, Emilia Kovacevic, fue quien atendió Bermúdez cuando recién recibía el balazo en la cabeza y aún permanecía tirado en la vereda del Hospital, luchando por su vida. En medio de las detonaciones, la médica hizo lo posible para salvar la vida de quien, para los trabajadores del lugar, era “un compañero”.
“Escuché las detonaciones y comenzaron los gritos y las corridas. No entendía nada. Salgo a la calle y me encontré con el compañero (Leoncio Bermúdez) tirado en el piso en un charco de sangre con una hemorragia activa”, empezó a relatar Kovacevic a la prensa.
Y agregó: “Seguía escuchando las detonaciones, pero me acerqué inmediatamente a él para hacer hice un paneo de la situación: constaté las pupilas, que tenga pulso y pedí ayuda a mis compañeros”. Según la profesional, en ese momento el policía tuvo un paro cardíaco, por lo que tuvieron que reanimarlo.
“Lo reanimamos y salió por lo que protegemos la vía aérea. Vinieron todos. Médicos y enfermeras estuvieron ahí al pie del cañón trabajando”, contó visiblemente afectada. Tras lograr estabilizarlo, Bermúdez fue traslado de urgencia hasta el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
¿Por qué trasladaron a bermúdez al heca?
En ese marco explicó: “Acá no había neurocirugía activa y había que llevarlo a otro lugar. A primera vista, constatamos que no iba a tener posibilidades, pero había que darle la chance. Había que hacer todo porque era un compañero nuestro. Un chico que estaba siempre en el destacamento del hospital”.
No obstante, ella decidió acompañar a Bermúdez en el camino al Heca, mientras hacía llamadas para constatar “si había terapia, si estaba la neurocirujana...”. En medio de la desesperación, el hombre volvió a sufrir un paro cardíaco del que no salió.
“La verdad nunca tuve una experiencia así. Uno ve los videos de arma de fuego, pero nunca de tan cerca. Estoy agotada emocionalmente porque creo que recién ahora empiezo a dimensionar todo lo que fue”, contó conmocionada.
Este miércoles, el hospital ubicado en Alem al 1400 mantenía sus puertas cerradas por decisión de médicos y trabajadores de la salud que se desempeñan en el lugar, como medida de protesta por el ataque sicario ocurrido la noche anterior.